Fracaso mundial con fondo de tribunales

  • El fracaso del atletismo español en los Mundiales de Daegu (Corea del Sur), donde cuajó la peor actuación de su historia, presidió un año atlético marcado por las vicisitudes de Marta Domínguez hasta recibir la absolución de todos sus cargos relacionados con la Operación Galgo.

José Antonio Diego

Madrid, 19 dic.- El fracaso del atletismo español en los Mundiales de Daegu (Corea del Sur), donde cuajó la peor actuación de su historia, presidió un año atlético marcado por las vicisitudes de Marta Domínguez hasta recibir la absolución de todos sus cargos relacionados con la Operación Galgo.

El 17 de noviembre pasado, un auto firmado por la juez Mercedes Pérez Barrios decretaba el sobreseimiento de las actuaciones respecto al delito fiscal, el último cargo que la atleta palentina tenía pendiente. En julio ya había sido absuelta de dopaje.

La nueva senadora (por el Partido Popular), actual subcampeona europea de 3.000 metros obstáculos, estuvo quince meses sin competir. Ahora ha regresado a la competición tras dar a luz en mayo a su primer hijo y trabaja ya con el objetivo de conseguir en Londres su primera medalla olímpica.

El ruido de togas y el tirón mediático de Marta relegó a un segundo plano el gran fracaso de Daegu, donde el equipo español obtuvo una sola medalla (el bronce de Natalia Rodríguez en 1.500), dos finalistas (ella y Manuel Olmedo), y una magra cosecha de 11 puntos. España nunca había caído tan bajo en unos Mundiales.

Natalia Rodríguez y Manuel Olmedo (cuarto en 1.500) salvaron la honrilla del atletismo español, trigésima tercera en el medallero y trigésima en la clasificación por puntos, que mide el verdadero nivel de un país en el concierto mundial.

Desde Edmonton 2001, en que España ocupó su puesto más alto en esta última clasificación (sexta), el equipo había ido cayendo: décimo en París 2003, undécimo en Helsinki 2005, decimotercero en Osaka 2007 y decimocuarto en Berlín 2009, pero el desplome de Daegu fue mucho más grave, sobre todo teniendo en cuenta que algunas de sus figuras se encuentran en trance de retirada.

Ninguno de los 44 atletas españoles que compitieron en los Mundiales de Daegu logró mejorar su marca, no ya su récord personal, sino ni tan siquiera la de la temporada.

Jesús España, decimotercero en la final de 5.000 metros, afirmó, al hablar de la actuación española en Daegu, que "no hay que crear falsas expectativas".

La ansiedad le jugó una mala pasada a Natalia Rodríguez en la final de 1.500. Era tan intenso su afán por vencer, dos años después de su traumática descalificación en Berlín después de haber ganado, que se precipitó en un ataque prematuro y perdió dos puestos en los últimos metros.

Obsesionada con la medalla de oro, la tarraconense consiguió un bronce, a la postre la única presea española en Daegu, y se declaró contenta aunque reconoció su precipitación al atacar desde tan lejos. "Me han podido las ganas, pero tengo una medalla, al fin y al cabo", comentó.

Manuel Olmedo logró en 1.500 el mejor resultado de un español en doce años, y aún así se declaró "dolido" por su cuarto puesto, tan cerca de la medalla en su segunda temporada en la distancia. "Cuarto del mundo no se queda todos los días, pero quedarte a las puertas de la medalla es duro, y eso que he corrido tácticamente perfecto, no he corrido un solo metro de más", afirmó

Los Mundiales tuvieron un protagonista español de excepción, Jesús Ángel García Bragado, que vivió una experiencia agridulce. Se convirtió en el primer atleta masculino del mundo que competía en diez mundiales, pero se despidió con tarjeta roja, descalificado en 50 kilómetros marcha.

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