A veces la persecución del dopaje en Francia resulta tétrica. Si bien es cierto que es el país europeo que más duramente lo combate, en el caso de Roland Rolleau, mecánico retirado de 67 años, quizá habría que tomarlo con distancia. Dio positivo en una carrera ciclista para veteranos. Sobre él pesa una sanción de cuatro años.
Rolleau vive solo en un pequeño pueblo, Gers, tras la muerte de su mujer. Cuando Felicia falleció, decidió volver a subirse a la bicicleta para participar en carreras para veteranos. De joven, hasta los 37, fue un activo ciclista amateur, y en esta nueva etapa consiguió ganar varios títulos europeos y mundiales (incluso batiendo récords continentales en pista) y, sobre todo, consiguió sobrellevar la pérdida de su esposa. "Lo pasé muy mal y el ciclismo me permitió resucitar", declara Rolleau a 'Le Monde'.
El pasado 10 de octubre dio positivo en un control antidopaje. Él alega que es por las medicinas que toma para tratarse una narcolepsia, un desorden en el sueño. Pero la sanción ha sido contundente: cuatro años sin competir. Esto significaría, prácticamente, el final de su carrera, pues hasta los 70 años no podría regresar, pero sobre todo sería quitarle el hobby que le ayuda a sobrellevar la viudedad.
Ahora, Rolleau ha apelado al Consejo de Estado de Francia, el órgano al que el Gobierno consulta antes de tomar algunas decisiones y que funciona como más alta instancia de la jurisdicción administrativa. Es su última oportunidad para que no le dejen sin competir en el deporte que, quizá, le salvó la vida.
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