Froome se pliega a Wiggins

  • "Eres el más fuerte", le dijo Chris Froome a su jefe de filas, compatriota y compañero de equipo Bradley Wiggins tras haber cedido 1.16 en la cronometrada de Chartres, última prueba real del Tour de Francia.

Luis Miguel Pascual

Chartres (Francia), 21 jul.- "Eres el más fuerte", le dijo Chris Froome a su jefe de filas, compatriota y compañero de equipo Bradley Wiggins tras haber cedido 1.16 en la cronometrada de Chartres, última prueba real del Tour de Francia.

Los dos británicos se fundían en un abrazo después de que Wiggins cruzara la meta de Chartres levantando el puño en señal de campeón. Set y partido para el ciclista criado en la pista que mañana escuchará, por primera vez en la historia, el himno británico desde el escalón más alto del podio de los Campos Elíseos.

"Todo el mundo ha visto que es más fuerte que yo", zanjó Froome en la meta, como si quisiera barrer de un plumazo la polémica que ha planeado sobre un Tour en el que ha dado la impresión de que el segundo se frenaba para no superar al primero.

"Desde el primer momento, el objetivo era ganar el Tour con Wiggins y lo hemos conseguido. Mi segunda plaza no era la prioridad, ha sido un premio extra", agregó.

El británico nacido en Kenia no ha levantado en ningún momento la voz. Solo su teatralidad ha dejado entrever cierto malestar, una sensación avivada por su novia que, desde Inglaterra, echó leña al fuego de la polémica.

Froome fue más fuerte en la montaña y aunque en ningún momento se escapó, porque el equipo no se lo permitió, se empeñó en demostrar a todo el mundo que corría con las riendas apretadas.

El equipo se impuso a los individuos y, al final, 3.21 segundos separaron a los dos más fuertes, que nunca se pelearon entre sí.

Froome perdió tiempo en el prólogo (9 segundos), en la primera etapa por culpa de un pinchazo (1.25 segundos), en la primera contrarreloj larga (35 segundos) y el 1.16 de Chartres.

En montaña no ha recuperado tiempo porque no ha tenido la libertad de atacar, lo que deja una general un tanto falseada que solo parece convenir al equipo Sky.

"No podemos estar más felices. Hemos trabajado en equipo y hemos logrado el objetivo, que era ganar el Tour de Francia", aseguraba el patrón de la formación británica, Dave Brailsford.

Para el patrón del Sky no había otra táctica posible en un Tour "con tantos kilómetros contrarreloj y teniendo en nuestras filas al mejor ciclista en esa disciplina".

Froome, que de este Tour de Francia se llevará el segundo puesto y el premio al soldado fiel, consideró la de Wiggins "la mayor victoria del deporte británico".

Palabras que sonaron a música celestial al ganador del Tour, harto de tener que defender la legitimidad de su victoria ante los medios.

"Creo que es una polémica que no existe. Somos amigos, hemos comido juntos y hemos trabajado en equipo. Puede que al año que viene trabajemos para Chris", aseguró Wiggins.

O, quizá, el británico nacido en Kenia decida volar con sus propias alas y cambiar los aires del Sky por los de otro equipo.

Los rumores se calientan sobre su posible traspaso al Astana, que el año próximo estará dirigido por Alexandre Vinokurov, que para entonces ya habrá dejado la carretera.

Los kazakos tienen dinero y, según el diario "L'Équipe", están dispuestos a asumir el precio que cuesta acabar con el año de contrato que a Froome le resta en el Sky.

El ciclista les prometió estudiar la oferta y darles una respuesta en los próximos días.

El futuro puede deparar un duelo que el Tour que acaba no ha tenido. Por el momento, Wiggins ha ganado el primer duelo, pero la victoria no ha sido por KO.

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