Froome ya cuenta los kilómetros

  • Bornand (Francia), 19 jul.- "Ya solo me quedan 125 kilómetros, será difícil perder 5 minutos, pero hay que estar atento", aseguró hoy el británico Chris Froome, que comienza a ver, vestido de amarillo, la torre Eiffel en el horizonte.

Luis Miguel Pascual

Le Grand-Bornand (Francia), 19 jul.- "Ya solo me quedan 125 kilómetros, será difícil perder 5 minutos, pero hay que estar atento", aseguró hoy el británico Chris Froome, que comienza a ver, vestido de amarillo, la torre Eiffel en el horizonte.

La superioridad del ciclista del Sky en el Tour ha relegado el interés de la ronda gala a un duelo por los otros dos puestos del podio de París, para los que hay cuatro candidatos en un margen de 47 segundos.

El británico asiste a esa pelea como un convidado de lujo, pero sin que le afecte directamente. Asentado en su ventaja, ve cómo pasan los kilómetros y se mantiene su renta, cuando no crece, sin que ninguno de sus rivales potenciales haya logrado crearle problemas en ninguno de los terrenos.

Tiene 5.11 de ventaja sobre el español Alberto Contador y 5.35 frente al colombiano Nairo Quintana, los dos mejor situados para acompañarle en el podio, mientras que el checo Roman Kreuziger está a 5.44 y el también español Joaquim "Purito" Rodríguez a 5.58.

Tras dos semanas en las que el corredor británico se ha dedicado a enfriar la euforia que surgía de sus gestas en la carretera, al cruzar la meta del Grand-Bornand pareció dejarse llevar por la ilusión: "Será difícil para mis adversarios atraparme".

Froome superó hoy una etapa complicada, con dos puertos de categoría especial y otros dos de primera, sin recibir golpes contundentes. Solo el español Rodríguez lo intentó en el último puerto, pero el suyo parecía más un ataque destinado a meterse en el podio que una ofensiva contra el líder.

Al británico nacido en Kenia ya solo le quedan los 125 kilómetros que unirán mañana Annecy con el puerto de Semnoz, una cima inédita, desconocida, de categoría especial, 10,7 kilómetros de ascenso al 8,5 % de desnivel. Tras ese trámite, ya podrá decir que es el segundo británico que sube al escalón más alto del podio de los Campos Elíseos, un año después que Bradley Wiggins.

Froome ha sido el más fuerte en todos los lugares. El mejor escalador, con las victorias logradas en Ax 3 Domaines y en el Mont Ventoux, el mejor en la lucha contra el crono, con su triunfo en Choges y su segunda plaza en el Mont-Saint-Michel, solo superado por un especialista en la materia como el alemán Tony Martin, pero muy por encima del resto de favoritos.

Ningún día ha dado la sensación de estar en problemas, pese a que el Sky no ha sido la fortaleza inexpugnable del año pasado.

"Froome está por encima y luego estamos los demás", resumió 'Purito'.

Contador solo tiene 21 segundos de ventaja sobre Quintana, que puede convertirse en el primer sudamericano que sube al segundo escalón del podio de París, mientras que 'Purito' Rodríguez, que está acabando en plena forma el Tour, tiene a tiro de piedra, al menos, el cuarto puesto, ocupado por el checo Roman Kreuziger con 14 segundos de ventaja.

Esas batallas, en las que todos optan a los otros dos puestos de honor, concentra ahora toda la atención, pese a que Contador, ganador de las ediciones de 2007 y 2009, ha repetido que solo le sirve la victoria final en París.

El madrileño del Saxo no ha dado sensación de poder tutear en ningún momento al británico y ahora siente más la amenaza de Quintana que la ambición de Froome.

El británico no solo quiere ganar las clasificaciones oficiales. También está empeñado en ganarse a la opinión pública, tratando de lavar las sospechas que pesan sobre su rendimiento y en mostrar un ciclismo ofensivo, atractivo para el aficionado.

Froome, que recuerda a muchos observadores por su forma de pedalear al estadounidense Lance Armstrong, un nombre "apestado" en el ciclismo desde que confesó que se dopó durante sus siete triunfos en el Tour, quiere lavar la imagen de ese deporte.

Su equipo, que ha revolucionado los métodos de entrenamiento con resultados visibles, está dispuesto a jugar la carta de la transparencia para que médicos independientes analicen los niveles biológicos de sus ciclistas y evitar así la sospecha.

En la carretera, Froome reniega de la forma de correr que el año pasado permitió al Sky ganar su primer Tour con Wiggins. Frente al conservadurismo de 2012, cuando se limitaron a defender en las montañas el tiempo ganado en las contrarreloj, el británico de Kenia apuesta por un ciclismo de ataque.

Una estrategia que recibe el aplauso de los organizadores. "Al fin el Tour se gana por delante, no por detrás", aseguró su director, Christian Prudhomme.

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