Antes del comienzo de los nueve partidos, los equipos guardaron un minuto de silencio por los jugadores y funcionarios del Chapecoense que fallecieron cuando se estrelló el avión en que viajaban el 28 de noviembre en Colombia.
El pequeño equipo del sur de Brasil se disponía a jugar el primer partido de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional de Medellín. Sólo seis de las 77 personas a bordo sobrevivieron.
Los aficionados corearon el nombre del club en los estadios en que se jugó el domingo y varios equipos vistieron mensajes de apoyo al salir al campo. La camiseta del Corinthians de Sao Paulo, por ejemplo, llevaba impreso el número de la cuenta corriente para hacer donaciones al Chapecoense.
También hubo lágrimas en Río de Janeiro, donde el visitante Internacional empató 1-1 con Fluminense y quedó relegado a la serie B por primera vez desde que se creó en 1909.
Palmeiras ya había ganado el campeonato una fecha antes de que terminara. Santos, Flamengo y Atletico Mineiro consiguieron plaza para participar en la Copa Libertadores.
Atlético tenía que enfrentar al Chapecoense, pero llegó a un acuerdo para no disputar el partido y que así sus rivales no tuviesen que conformar un equipo tras haber perdido a casi todos sus jugadores en el accidente.
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