El calvario en forma de lesiones que viene sufriendo Gareth Bale a lo largo de las dos últimas temporadas suma ahora un nuevo capítulo. Y es que, después de llevar más de un mes en el dique seco por un edema sin rotura en el sóleo de su pierna izquierda, y cuando apuraba su recuperación para reaparecer ante el Atlético el próximo 18 de noviembre, el galés ha vuelto a romperse.
Esta vez le ha tocado el turno al aductor de esa misma pierna izquierda, que según indica el parte médico del Real Madrid sufre "una rotura fibrilar en el tercio medio del músculo". En el mismo comunicado, el club blanco informa que la lesión se produjo en el entrenamiento del pasado jueves, y que las pruebas a las que le han sometido este viernes los servicios médicos del club han confirmado los peores presagios.
En todo caso, el Real Madrid sostiene que Bale está "pendiente de evolución", una evolución que no se espera rápida. No en vano, si la anterior lesión no tenía rotura y le mantenía alejado de los terrenos de juego desde el 26 de septiembre, ésta que sí la tiene podría alargarse todavía más tiempo.
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