Gerrard pide "no entrar en pánico" tras la nueva derrota del Liverpool

  • Después de perder en casa contra el Manchester United (1-2), una nueva derrota que coloca al Liverpool en puestos de descenso en la Premier League, el capitán de los "reds", Steven Gerrard, dijo hoy que "no es el momento de entrar en pánico".

Londres, 24 sep.- Después de perder en casa contra el Manchester United (1-2), una nueva derrota que coloca al Liverpool en puestos de descenso en la Premier League, el capitán de los "reds", Steven Gerrard, dijo hoy que "no es el momento de entrar en pánico".

"Pese al resultado, estoy encantado de cómo jugamos. Ganaremos un montón de partidos jugando peor", señaló Gerrard, quien cree que si el equipo sigue demostrando el "esfuerzo" y la "determinación" de ayer, "será cuestión de tiempo" que el Liverpool entre en una "racha ganadora".

El centrocampista de 32 años aseguró que "nadie busca excusas" después de una derrota que confirma el peor arranque de temporada del Liverpool en 101 años, ya que solo han conseguido dos puntos de los quince posibles en cinco jornadas de competición.

Aunque en estos cinco partidos de liga los "reds" han jugado contra el Manchester City, el Arsenal y el Manchester United, Gerrard manifestó que el Liverpool debería haber arrancado "el máximo número de puntos posibles a esos equipos, no importa lo buenos que sean".

El capitán admitió que, con todo, la derrota le decepcionó "por partida doble", puesto que ayer se homenajeó a las 96 víctimas del desastre de Hillsborough (ocurrido en 1989), entre las que se encontraba un primo suyo, Jon-Paul Gilhooley, de diez años.

"Nada me hubiera gustado más que conseguir los tres puntos y dedicárselos a todas las familias. La decepción es mayor, aunque lo importante es que ambas aficiones se comportaron muy bien", añadió Gerrard.

El Liverpool jugó ayer su primer partido en casa, el estadio de Anfield, después de que se hiciera público un informe independiente que desvelaba que la policía manipuló decenas de declaraciones para cargar la culpa de aquella avalancha humana en los aficionados.

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