Golpes, tanganas y expulsiones marcan los Levante-Real Madrid más recientes

Valencia, 3 oct.- Golpes, tanganas, expulsiones, cruces dialécticos y enfrentamientos tras el pitido final marcan la historia reciente de los encuentros entre el Levante y el Real Madrid en Valencia, que se han caracterizado en sus últimas ediciones por la tensión y la rivalidad.

Aunque el Real Madrid es el equipo de Primera División que mejores resultados ha obtenido como visitante ante el Levante, los tres últimos partidos han estado marcados por el equilibrio, con una victoria ajustada para cada equipo y un empate.

Además, el Levante ganó por 2-0 en Copa del Rey al equipo madrileño, aunque ese marcador fue intrascendente tras la contundente goleada que el Real Madrid había obtenido en la ida (8-0).

La última imagen de un Levante-Real Madrid es la salida del estadio Ciutat de València del delantero madridista Cristiano Ronaldo escoltado por la Policía tras una pelea multitudinaria en el túnel de vestuarios y con una brecha en la frente, tras recibir un golpe del levantinista David Navarro en un lance del juego.

Los minutos posteriores al partido, jugado el 11 de noviembre de 2012 y en el que un gol de Morata dio la victoria en el último momento al Real Madrid por 1-2, fueron tensos con empujones, golpes e insultos entre los jugadores hasta que intervino la Policía para escoltar al equipo madridista en su salida hasta el autocar.

Un golpe, fortuito según David Navarro, del defensa del Levante en el rostro de Ronaldo le provocó una brecha que le obligó a retirarse en el descanso con problemas visuales y creó una tensión que fue en aumento durante un partido jugado bajo una lluvia que favoreció un sinfín de acciones duras en ambos bandos.

La tensión dio paso a los golpes con el pitido final. Primero, y según revelaron numerosos medios de comunicación, un cruce dialéctico ya en el túnel de vestuarios entre el levantinista Juanfran y el madridista Sergio Ramos desembocó en una tangana.

Aquel partido fue dirigido por el colegiado asturiano César Muñiz Fernández, que últimamente ha arbitrado con polémica los partidos Barcelona-Sevilla y Elche-Real Madrid, y que recogió en el acta los incidentes ocurridos aquel día.

También se informó de que el levantinista Sergio Ballesteros y el madridista Pepe se habrían enzarzado a golpes en una sala del estadio mientras un médico del Real Madrid atendía a Cristiano Ronaldo en la camilla por la brecha que lucía en la frente.

"Mejor que se dedique al boxeo", reprochó Ramos a Ballesteros. "Yo nunca he pegado a nadie", le replicó un día después Ballesteros.

Curiosamente Ballesteros ya había vivido un episodio polémico con el Real Madrid, cuando se dio a conocer que el 6 de enero de 2011, en el descanso de un partido de Copa del Rey en el que ni siquiera estaba convocado, habría bajado al túnel del Ciutat de València para amedrentar y empujar al técnico portugués José Mourinho.

Ballesteros negó esta acción que fue recogida por muchos medios de comunicación, mientras que Mourinho declaró en la rueda de prensa posterior: "Una persona gritaba si bromeaba por sacar a Pepe. No sé quien es Ballesteros. No pasa nada".

El capitán del Levante habría entendido como una provocación que Mourinho hiciera calentar a Pepe durante la primera parte, cuando el Madrid se había impuesto por un contundente 8-0 en el partido de ida, en el que algunos jugadores del Levante denunciaron haber sido menospreciados y humillados por sus rivales.

Sólo unos meses antes y en el partido de Liga jugado en Valencia, Mourinho criticó el juego sucio de los levantinistas, que lograron un valioso empate sin goles.

"Estoy contento de que ningún jugador del Madrid haya acabado en el hospital", dijo Mou, quien discutió sobre el terreno de juego con el entonces entrenador del Levante, Luis García.

En la campaña 2011-12, un gol de Arouna Koné permitió al Levante imponerse al Real Madrid para desesperación de Mourinho, que ese día decidió criticar a uno de sus jugadores, el alemán Khedira al ser expulsado en la primera parte, pues consideró que había caído en una provocación de la que estaba advertido.