Greipel logra el doblete en la batalla de San Quintin

  • El alemán Andre Greipel (Lotto Belisol) hizo doblete al imponerse al esprint en una demostración de fuerza en la quinta etapa del Tour de Francia disputada entre Rouen y Saint-Quentin, de 196,5 kilómetros, jornada que no alteró la general, con el suizo Fabian Cancellara (Radioshack) aún como único maillot amarillo desde que ganó el prólogo.

Carlos de Torres

Saint Quentin (Francia), 5 jul.- El alemán Andre Greipel (Lotto Belisol) hizo doblete al imponerse al esprint en una demostración de fuerza en la quinta etapa del Tour de Francia disputada entre Rouen y Saint-Quentin, de 196,5 kilómetros, jornada que no alteró la general, con el suizo Fabian Cancellara (Radioshack) aún como único maillot amarillo desde que ganó el prólogo.

Greipel está en una onda victoriosa y volvió a demostrarlo 24 horas después de estrenarse en Rouen. Se impuso al australiano Matthew Goss (Orica GreenEdge) y al argentino Juan José Haedo (Saxo Bank), segundo y tercero. También le ganó el pulso a su enemigo íntimo, el campeón del Mundo Mark Cavendisk (Sky), solo quinto en la batalla del esprint en Saint Quintin.

No entró en la pelea el eslovaco Peter Sagan (Liquigas) porque se vio envuelto en la caída de turno, de nuevo a 2,7 kilómetros de meta, como en la víspera, en la que también quedó fuera de concurso el estadounidense Tyler Farrar. Sin embargo, sí se asomó por la cabeza el español Óscar Freire (Katusha), séptimo, pero el cántabro, triple campeón mundial, aún no se ve "para ganar".

La prevista llegada masiva se cumplió, por lo que no se alteró la clasificación general. Fabian Cancellara tiene en bandeja su deseo de llevar a la montaña del próximo sábado con el maillot amarillo que se enfundó en Lieja. Mantuvo los 7 segundos de ventaja sobre el británico Bradley Wiggins (Sky) y el francés Sylvain Chavanel (Omega).

En la salida de la capital normanda, el centro de los comentarios volvió a ser el dopaje. Nueva polvareda por las acusaciones de algunos corredores presentes en el Tour, como George Hincapie, Levi Leipheimer, Christian Vande Velde y David Zabriskie, además del actual director del Garmin, Jonathan Vaughters contra Lance Armstrong en la investigación de la Agencia estadounidense antidopaje (USADA), quien ha encausado al séptuple vencedor del Tour por consumo de EPO.

Especialmente afectado se encontraba Hincapie, gregario de Armstrong en sus siete triunfos y plusmarquista de participaciones en la grande boucle, con 17. "Es triste que vuelva a ponerse este tema encima de la mesa", decía el ciclista actualmente en las filas del BMC de Cadel Evans.

Debate aparte, la etapa se puso en marcha por tierras de La Picardía. Pronto surgió la escapada del día con 4 hombres, Pablo Urtasun (Euskaltel-Euskadi), Ladagnous (Francaise), Simon (Saur-Sojasun) y Ghyselinck (Cofidis), que se marcharon con permiso de un pelotón que les mantuvo a raya en todo momento. Se instaló un ritmo cómodo, placentero, hasta el habitual instante en que surge el nerviosismo de los últimos kilómetros.

Por el camino puso pie a tierra el esprinter alemán Marcel Kittel (Argos Shimano), que debutaba en el Tour con la intención de luchar contra Cavendish, Greipel y compañía, una joya que ya alzó los brazos en la Vuelta 2011.

Esta vez, los cálculos de caza casi juegan una mala pasada al pelotón que perseguía a los aventureros. Una tardía reacción y la rebelión del belga Jan Ghyselinck (Cofidis) y del español Pablo Urtasun (Euskaltel) después, casi se cargan el guión previsto. El ciclista vasco atrapó a su compañero de escapada a 350 metros de meta, y aguantó en cabeza hasta el último hectómetro.

Desfondado, Urtasun vio como le pasaba la marabunta como una exhalación. Greipel ya había conectado el turbo y no admitió competencia. Entró eufórico con un tiempo de 4h.41.30. Una victoria especial, por tratarse del Tour y por haber visto por el retrovisor a Mark Cavendish, son quien mantiene una pugna deportiva y personal desde 2007, cuando ambos peleaban por los galones en las filas del T-Mobile. Esta vez sí hubo duelo. Triunfo sin paliativos. El decimoquinto de la temporada.

Mañana se disputa la sexta etapa entre Epernay y Metz, de 207,5 kilómetros, de perfil llano y una insignificante cota de cuarta como única dificultad. Otra oportunidad para los esprinters la víspera del primer final en alto.

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