Gustavo Ayón dice que jugar algún día en la NBA ya no es un sueño, "es una meta"

  • Fuenlabrada (Madrid).- El pívot mexicano del Baloncesto Fuenlabrada, Gustavo Ayón, declaró hoy tras la victoria de su equipo sobre el Barcelona en la Liga ACB y al saber que los ojeadores de Los Ángeles Lakers siguieron muy de cerca su actuación, que para él "jugar algún día en la NBA ya no es un sueño, sino una meta".

Gustavo Ayón dice que jugar algún día en la NBA ya no es un sueño, "es una meta"
Gustavo Ayón dice que jugar algún día en la NBA ya no es un sueño, "es una meta"

Fuenlabrada (Madrid).- El pívot mexicano del Baloncesto Fuenlabrada, Gustavo Ayón, declaró hoy tras la victoria de su equipo sobre el Barcelona en la Liga ACB y al saber que los ojeadores de Los Ángeles Lakers siguieron muy de cerca su actuación, que para él "jugar algún día en la NBA ya no es un sueño, sino una meta".

Mitch Kupchak, legendario pívot de los años 80 de Los Ángeles Lakers y actual director general del equipo californiano, escribió un folio y medio de anotaciones, según testigos oculares de toda solvencia, relativos a la fantástica actuación del pívot mexicano Gustavo Ayón en el partido que su equipo, el Baloncesto Fuenlabrada, ganó al Barcelona, posiblemente el mejor equipo de Europa, con unos números espectaculares: 24 puntos, 8 rebotes y 29 de valoración estadística.

Kupchak, que estaba acompañado por su director de ojeadores, Adam Filippi, y su asistente del primero, Ronnie Lester, asistieron a un partido en el que había varios futuribles NBA: los españoles Ricky Rubio o Fran Vázquez, del Barcelona, en primer término, pero quedaron impresionados del juego de Ayón, un despliegue de intensidad atlética memorable.

Ayón ignoraba la presencia de Kupchak en el palco del pabellón 'Fernando Martín' de Fuenlabrada (Madrid), su agente no le quiso decir nada, según su propia confesión: "No me comentaron nada para que no sufriera una presión extra, pero sinceramente creo que hubiese dado igual. Siempre trato de hacerlo lo mejor posible para que gane el equipo. No me interesa hacer buenas estadísticas y perder", explicó.

El pívot mexicano Gustavo Alfonso Ayón Aguirre, natural de Tepic, capital del estado de Nayarit, pero criado en Zapotán (una localidad de 600 habitantes), de 25 años y 2,06 metros, no oculta su ambición de desembarcar a medio plazo en la liga profesional estadounidense: "Jugar en la NBA no es ya un sueño para mí, es una meta; es la misma frase que dijo Luis Scola, uno de los mejores jugadores del mundo en mi puesto cuando llegó a Houston y yo me la he apropiado", confesó.

El conocido en su país como 'Titán de Nayarit, tiene muy presente la responsabilidad de que, de alguna manera, está investido en representante de México, cuestión que le llena de orgullo, a pesar de la dificultad añadida de, según él mismo, la idiosincrasia mexicana en casos como el suyo.

"El día 23 de marzo de 2009, cuando partía por primera vez hacia España, un jugador de una universidad rival a la mía, pero amigo, y que vino a despedirme, me dijo que llevaba el peso de México encima. Cuando las cosas salen bien, en México pronuncian con admiración el nombre de Gustavo Ayón, o de cualquier mexicano que triunfe fuera de mi país, si salen mal, simplemente eres 'el mexicano'", relató.

Ayón, que abandonó el voleibol con 17 años para jugar al baloncesto, un ídolo en el 'micromundo' baloncestístico mexicano, con contrato con el Fuenlabrada hasta junio de 2013, es un hombre que vive por y para el baloncesto.

De personalidad tranquila, así ha sido la celebración tras convertirse en la pesadilla del Barcelona, actual campeón de Europa, y un equipo que llevaba 21 partidos sin perder y estaba invicto en 2011: "Lo he celebrado comiendo con mi señora y mi compañero de equipo Lubos Barton y la suya en un restaurante catalán de Madrid (paradójicamente tras ganar al Barcelona); después hemos ido a ver la película 'Los Chicos están bien' en versión original", contó relajado.

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