Hesjedal enciende el motor en La Camperona, Froome intimida a Contador

  • El canadiense Ryder Hesjedal (Garmin) subió como una moto las temidas rampas de La Camperona y estrenó la inédita cima leonesa, donde se animó la Vuelta con la resurrección del británico Chris Froome, ya en el cajón tras superar al líder, Alberto Contador, y resto de favoritos.

Carlos de Torres

La Camperona (León, España), 6 sep.- El canadiense Ryder Hesjedal (Garmin) subió como una moto las temidas rampas de La Camperona y estrenó la inédita cima leonesa, donde se animó la Vuelta con la resurrección del británico Chris Froome, ya en el cajón tras superar al líder, Alberto Contador, y resto de favoritos.

Acusado días atrás de usar motor en su bici, Hesjedal, de 33 años, volvió a triunfar en la Vuelta, como ya hizo en 2009 en el Alto de Velefique. Y sin ayudas mecánicas. A puro pedal. Último superviviente de la escapada del día, atacó a 2 kilómetros de la cima de La Camperona, donde los muros se levantan un 30 por ciento. El líder del Garmin, ganador del Giro 2012, hubo de anular la escapada de Zaugg, que ya soñaba con el honor de estrenar el nuevo símbolo de la ronda, pero una vez superado el suizo arrancó sin piedad. Entró haciendo eses, tambaleándose, exhausto, pero "feliz por otra gran victoria".

Si lo de Hesjedal fue una especie de resurrección, no fue la única. En la otra liga se probaron los gallos y alguno cantó más alto que los demás. Parecía hundido Froome tras los ataques de Valverde y Contador, pero el británico también tiró de su motor natural para demostrar que es cierto que no quiere tirar la toalla.

Resurgió el ganador del Tour 2013. Está presente en la Vuelta y dispuesto a que Contador no disfrute de un paseo militar hasta Santiago de Compostela. Ya está en el podio, tercero, a 1.13 del madrileño, a quien se le atragantaron "las subidas bestiales" del nuevo puerto, consideradas como de las más duras del ciclismo.

Froome transmite apuros. Cabeza agachada, pendiente de la "batidora" prendida en el manillar que le indica el límite de su esfuerzo, pega chepazos, cabecea, pero no se descuelga.

Se trata de un experto haciendo la "goma". Cuando se le daba por eliminado les pasó a todos sus enemigos a 600 metros de la raya, y en meta les castigó con unos segundos que llevaban un mensaje claro: "Estoy aquí".

El primer asalto del tríptico de montaña dejó muy tocado al colombiano Rigoberto Urán, que pasó del tercer al quinto puesto, a 2.07 del líder. También confirmó a Froome como candidato, demostró que Contador no es indestructible, que "Purito" quiere pelear por su gran triunfo pendiente y que Valverde da una de cal y otra de arena, pero se mantiene segundo.

Una jornada cuyo principal aliciente era el estreno del "Hijo del Angliru". Por estas tierras del Valle de Sabero, donde cuentan que la Ferrería de San Blas fue precursora de los Altos Hornos en España, había ilusión por lo que pudiera suceder en "la cuestona", vestida con nuevo asfalto para recibir la fiesta del ciclismo.

Por Sabero, a 10 de meta, pasaron una decena de fugitivos, supervivientes de la masiva escapada que se formó a 40 kilómetros de Santander, punto de partida. Allí viajaban Imanol Erviti y dos hombres del Caja Rural, Luis León Sánchez, un contrarrelojista nuevo líder de la montaña y David Arroyo.

Fue un suizo, Oliver Zaugg, compañero de Contador en el Tinkoff, quien rompió el orden para sacar oro de la antigua zona minera leonesa. Pero no contaba el corredor helvético con Ryder Hesjedal, nacido en la localidad de Victoria, antiguo medallista mundial de bicicleta de montaña, aquel que le arrebató a Purito el Giro en la última etapa.

Hesjedal tiro de pico y pala y buscó la veta del triunfo. Sin motor. "No entiendo cómo se pueden inventar esas cosas los que escriben", dijo. Y la encontró a 1.595 metros de altitud. A pura pierna. Ya está en la historia como el primero en hollar la cima de La Camperona.

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