"Sólo sé que el rugby da esperanza al país y si puedo formar parte de la solución, quiero estar ahí", declaró Meyer.
"Es fácil criticar y probablemente he cometido muchos errores, pero soy alguien positivo. Quiero ser parte de la solución", insistió.
Meyer se autodefinió como "completamente loco" de su trabajo, resaltando su "amor" por Sudáfrica "y por su gente".
"Tengo que decir que tengo un trabajo difícil, pero que sigue siendo un honor", concluyó.
Sudáfrica perdió 20-18 el sábado en semifinales del Mundial ante Nueva Zelanda, que disputará la final este sábado en Twickenham ante Australia.
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