Horner, una vuelta por el Tour

  • El estadounidense Chris Horner (Estados Unidos, 42 años), actual vencedor de la Vuelta, se encuentra "dispuesto a seguir dando mucha guerra" en el Tour de Francia, prueba en la que figura en el puesto 17 de la general a 7.33 minutos de Nibali.

Carlos de Torres

Saint Étienne (Francia), 17 jul.- El estadounidense Chris Horner (Estados Unidos, 42 años), actual vencedor de la Vuelta, se encuentra "dispuesto a seguir dando mucha guerra" en el Tour de Francia, prueba en la que figura en el puesto 17 de la general a 7.33 minutos de Nibali.

Horner, es el "abuelo" de la carrera junto al alemán Jens Voigt, que tiene la misma edad, pero no se le pasa por la cabeza la retirada, sino ganar la Vuelta 2014.

Quién se lo iba a decir al americano hace dos meses, cuando sufrió un grave accidente entrenándose en Italia, cerca del Lago Como. Siempre sonriente, lo explica.

"Entonces estaba saliendo de urgencias. Me encontraba en un túnel y un coche me arrasó por detrás". El resultado fue cuatro costillas fracturadas y un pulmón perforado. Un mes de baja, de incertidumbre y dolor para este americano que nació en Okinawa (Japón), donde su padre, militar, estaba destinado.

Un ejemplo de longevidad en el ciclismo, un gran reserva que alcanzó la gloria como "cuarentón", cuando la mayoría de los ciclistas ya están contando sus memorias a sus hijos. Es el ciclista más veterano ganador en la Vuelta, con 41 años.

Nació en 1971, como Lance Armstrong, Chris Horner empezó corriendo el circuito americano en 1996, por 280 dólares al mes "más primas por resultados". A la vez que trabajaba en una tienda de bicicletas. Vino a Europa en 2005 reclutado por Alain Gallopin, que le acoge en su casa y le ficha para La Francaise. Después de tres temporadas no encontró adaptación y volvió a su país.

"Era otra época, no había teléfono móvil, ni internet. Las facturas de teléfono eran de 1.000 dólares", recuerda

De regreso a Estados Unidos se enroló en el Mercury, donde empezaron los éxitos. Cuatro victorias, incluidas la general de dos carreras por etapas (Redlands Byclice Classics y el Tour de Langkawi en 2000).

Todo esto le llevó a que en 2005 por cortesía del entonces 'mánager' del Saunier Duval Mauro Gianneti recalara en las filas del conjunto español.

Esa temporada llegaron los resultados que no lo hicieron en su anterior etapa en Europa. Con 34 años, Horner disfrutaba del ciclismo de nuevo, una segunda juventud que le llevó a ganar en una etapa del Tour de Suiza e incluso debutar en el Tour de Francia donde acabó en trigésimo tercero.

Al año siguiente ganó una etapa en Romandía. Seguía siendo un corredor excéntrico. Su entonces director deportivo, Josean Fernández Matxín, decía que Horner era "un chico bastante especial". Siempre pedía pizza en carrera y se enfadaba si en un restaurante no le servían hamburguesas.

Con 33 años, en Europa, el norteamericano se adaptó plenamente y militó en los equipos Lotto, Astaná y Radioshack. Con este último maillot ganó la Vuelta 2013.

Tres años antes había sorprendido ganando la Vuelta al País Vasco. Tenía 39 años y remató la faena con la décima plaza en el Tour.

En 2011 se anotó la Vuelta a California, pero ese mismo año le trajo su peor lesión deportiva: ocho meses parado, puesto que en el Tour tuvo que retirarse con una conmoción cerebral y una fractura en la nariz.

"Aquel día pensé que me iba a morir. Cuando subí a la bicicleta iba con el piloto automático, no era yo", recuerda. Producto del golpe se fracturó dos costillas no diagnosticadas en principio. Días después, en Estados Unidos, sufrió un neumotórax que a punto estuvo de costarle la vida.

"Un amigo me llevó a urgencias rápidamente. Si hubiera tardado más me hubiera muerto", dice.

Horner fue gregario de Alberto Contador y luego de Armstrong. "No me importa haber trabajado para ellos. Estaba bien pagado y me trataban bien. No me arrepiento de nada".

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