HRW denuncia que Nepal cede a presiones de China contra los tibetanos

Katmandú, 1 abr - La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) denunció hoy que Nepal, debido a las presiones de China, impone más restricciones a los refugiados tibetanos, al impedirles protestas pacíficas y realizar detenciones arbitrarias.

El recién elegido Gobierno nepalí debe permitir las protestas pacíficas, cesar la vigilancia sobre los tibetanos y los arrestos arbitrarios, y facilitarles la tarjeta de refugiados, dijo en rueda de prensa la directora de HRW en el Sur de Asia, Meenakshi Ganguly.

"China se niega a reconocer que estas protestas se producen porque los tibetanos están descontentos", por lo que intenta relacionarlas con movimientos separatistas y "criminaliza" cualquier acción reivindicativa, criticó Ganguly.

Nepal no permite actividades "anti-chinas", entre ellas las que defiendan la separación del Tíbet.

En territorio nepalí se estima que residen entre 15.000 y 20.000 refugiados tibetanos.

"La identidad tibetana está presente en Katmandú" debido "a la tradición budista," recordó la directora en el Sur de Asia de HRW.

Los exiliados tibetanos comenzaron las protestas en Nepal en 2008 con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos en Pekín, aunque desde entonces son menos habituales debido a las medidas para que no se produzcan en el país del Himalaya.

Estas medidas se llevan a cabo en fechas significativas para los tibetanos, como el cumpleaños del Dalai Lama, o con motivo de la visita de autoridades chinas a Nepal.

Una prueba de la influencia que ejerce China es la importante reducción del número de tibetanos que consigue llegar a la India, que según HRW fue de menos de 200 en 2013, mientras que la media antes de 2008 era de unos 2.000.

Los tibetanos que cruzan la frontera montañosa de Nepal tienen derecho a ser atendidos por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, para garantizar su seguridad en su camino hacía la India.

Sin embargo, HRW alertó que las presiones de China pueden suponer que los tibetanos tengan que regresar a territorio chino, donde pueden ser encarcelados o sufrir abusos.

China contribuye de forma importante al desarrollo de Nepal y demanda a cambio medidas de control sobre los tibetanos, según la organización de defensa de los derechos humanos.