A través del deporte

El IMAS, la clave que usa el rugby para la inclusión de personas con discapacidad

La International Mixed Ability Sports es una asociación sin ánimo de lucro que surgió en Inglaterra en 2008 y que trata de promover la igualdad social a través del deporte. 

España es uno de los países que más hace por la inclusión a través del rugby.
España es uno de los países que más hace por la inclusión a través del rugby.
IMAS

Anthony Brooke solía sentarse frente al televisor los sábados por la tarde para ver todos los partidos de rugby que le diera tiempo. Tenía parálisis cerebral. Eso no le impidió reclamar en 2008 su derecho a practicar su deporte favorito, incluido el contacto pleno. Otro Anthony, de apellido Binns, quería boxear. Ni su tetraplejia, ni su parálisis cerebral se lo iban a impedir. Al cabo de seis meses ya movía su brazo derecho. Estos, y otros ejemplos de superación, impulsaron la creación de la International Mixed Ability Sports (IMAS), una asociación sin ánimo de lucro que surgió en Inglaterra en 2008 y que trata de promover la inclusión social a través del deporte. En su ideario cabría incluir aquel viejo dicho de "grande es aquel que para brillar no necesita apagar la luz de los demás"

Una traducción muy sui generis de lo que viene a significar Mixed Ability sería algo así como la implementación en el deporte de un modelo educativo y pedagógico que promueva la educación integral de todas las personas, esto es, que fomente el desarrollo para que alguien con una discapacidad pueda ser lo más autónomo posible. Así, podría tomar sus propias decisiones. En definitiva, tal y como apunta David Izquierdo, uno de los representantes en España de IMAS, para que "puedan vivir felices". Si se consulta en su página web la definición es más corta, y al mismo tiempo más académica. Viene a ser la eliminación de barreras para la plena participación en el deporte base en cuestiones relacionadas con las diferencias de habilidad, edad, género, orientación sexual o escasa autoestima.

El alma máter de IMAS es el italiano Martino Corazza, que siempre se refiere a la inclusión como un trabajo a "muy largo plazo" y que sólo dará sus frutos "cuando la sociedad cambie". El fundador y director del proyecto entiende que es "necesario" construir puentes y transferir esas buenas prácticas a sectores tan dispares como la educación, el deporte, la ciudadanía, la salud o las comunidades locales. En su opinión, todo irá a mejor "cuando se deje de hablar de nosotros y ellos" al referirnos a la personas diferentes como si fueran una especie de amenaza porque "lo que hay que hacer es celebrar la diversidad". 

La propia Unesco, a través de su cátedra permanente de Deporte y Actividad Física Inclusiva en la Universidad de Tralee (Irlanda), ha dado su apoyo al próximo mundial de rugby Mixed Ability (IMART) a celebrar en la ciudad irlandesa de Cork, en el que tratarán de dar a conocer que el modelo del rugby se puede extender a otras modalidades deportivas como el remo, el boxeo, la carrera y el kinba. 

El año pasado, por cuestiones relacionadas con la pandemia, se aplazó al mes de junio de 2021 el Mundial de Rugby Inclusivo donde iban a darse cita un millar de participantes de 14 países distintos. Este año el panorama sigue siendo sombrío. De momento, todo está en el aire. Los organizadores han consultado a los clubes sobre la posibilidad de un nuevo aplazamiento para tomar una decisión acorde con las preferencias de la mayoría. Y es que un torneo de estas características en medio de una pandemia podría desvirtuar la cohesión social y el espíritu por el que apuesta el Mixed Ability. Para esta primavera ya se habían apuntado 24 equipos, de los cuales cuatro eran españoles (El Salvador de Valladolid, URA Clan de Almería, Quijotes de Toledo y Gaztedi de Vitoria). 

La novedad era que por primera vez iba a haber una competición exclusivamente femenina con cinco clubes: un irlandés, tres españoles (El Salvador, URA Clan y Quijotes), junto a un combinado mundial. 

En el nacimiento del rugby inclusivo tuvo mucho que ver el trabajo realizado en Bradford por un club inglés llamado Bees. Los resultados, al margen del plano deportivo, llegaron pronto. De hecho, fue el primer equipo de Inglaterra de Mixed Ability Rugby (rugby inclusivo) en ser reconocido por la England Rugby (RFU). Su nombre, los Bumbie Bess. No obstante, en Gales ya existían desde hace tres décadas otros dos clubes volcados en la misma tarea: Llanelli Warriors y Gladiators. IMAS contactó con ellos y organizó el primer mundial de rugby inclusivo en Bradford, al cual fue invitado el equipo alavés del Gaztedi, que dos años después organizó el segundo campeonato en la capital vasca.

Corazza llama la atención sobre el hecho de que los distintos medios de comunicación se centren exclusivamente en el deporte profesional "que es un modelo poco realista porque crean ansiedad, frustración y barreras por la mayoría de la población". Su idea de promoción del deporte es radicalmente opuesta, ya que si tiene el poder de desarrollar las personas, "es obvio que luego necesita ser accesible para todos teniendo en cuenta las necesidades y aspiraciones reales de los participantes". De ahí que el objetivo de IMAS sea el de promover una especie de "revolución cultural" en el deporte "cambiando la manera de pensar, vivir y disfrutar en nuestras comunidades para construir una sociedad más justa e igualitaria". 

El IMAS busca la plena integración de las personas con discapacidad a través del rugby.
El IMAS busca la plena integración de las personas con discapacidad a través del rugby.

IMAS

David Izquierdo comparte a pies juntillas la idea cuando recalca una y otra vez los "impresionantes" beneficios que genera el modelo de Mixed Abilty en las personas con alguna discapacidad tanto a nivel emocional, como físico, cognitivo o de autoestima. "Es que estás dando a estas personas la oportunidad de hacer las cosas que les gustan o que necesitan y al mismo tiempo les ayudas a que se den cuenta de que son capaces de avanzar y de motivarse para seguir creciendo", subraya. 

A corto plazo los objetivos de IMAS siguen siendo los de generar en los clubes deportivos de base un entorno inclusivo que garantice las mismas oportunidades para cualquier persona al margen de sus condiciones físicas, eso sí, sin modificar las reglas del juego. "No se pretende crear un deporte adaptado –aclara Izquierdo-, porque lo que realmente queremos es que todos participen y disfruten del deporte de base sin modificaciones". En la actualidad ya hay varios clubes que han firmado el manifiesto de IMAS sobre el rugby inclusivo y cuyo primer punto reza de la siguiente forma: "Ninguna persona con discapacidad queda excluida de la práctica del rugby, contribuyendo así a la mejora de la salud y condición física, además de su calidad de vida e inclusión social". 

En este punto el representante de IMAS en España es tajante: "La inclusión es un derecho para ayudar a una persona a ser feliz y la reivindicación de ese derecho debe llegar a generar entornos inclusivos para que en los clubes de base todas las personas tengan las mismas oportunidades de participar". 

El hecho de que esta asociación sin ánimo de lucro pusiera sus ojos en el rugby para fomentar la inclusión en el deporte base no fue casual. Uno de los motivos fue que se trataba de una actividad donde comienzan el partido 30 personas y cuando llega el final han podido participar cerca de 45. Eso significa mayores oportunidades para un grupo de gente más números. En definitiva, se trata de un deporte donde caben muchos perfiles de jugador, lo que en la práctica convierte al rugby en algo más dinámico alejado de estereotipos. "El mejor jugador no es el que más técnica tiene ni que el mete más ensayos, sino el que socialmente cohesiona al grupo", reflexiona en voz alta David Izquierdo. Gracias a esta premisa, y a sus valores intrínsecos, el rugby se ha convertido en un deporte donde caben todas las personas y en el que las que tienen más necesidad de apoyo van a generar una espiral de solidaridad hacia sus compañeros que se traduce en un apoyo incondicional tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.

Oier Barruso, otro representante de IMAS en España, comenzó a jugar a rugby a los 11 años en el Gaztedi de Vitoria. Allí fue cundo más tarde comenzó a familiarizarse con la idea de entrenar a niños de ambos sexos con síndrome de Down o autismo. En 2015 acudió a Bradford para presenciar in situ la primera edición el mundial de rugby inclusivo. "Fue cuando nos dimos cuenta de que andábamos un poco equivocados y esa experiencia nos ayudó a enderezar el rumbo y a entender mejor las cosas", admite. Un año más tarde se vino a Madrid y en Cisneros le permitieron desarrollar el proyecto que había empezado en Vitoria. La idea era cambiar el modo "paternalista" con que se trataba a los niños con alguna discapacidad y enfocarlo a dinámica del Mixed Ability porque "los entrenadores podían saber de rugby, pero no de otras cosas". El año pasado se fue al club San Isidro. La pandemia, sin embargo, le impidió implementar otros enfoques distintos a la hora de abordar la discapacidad. "Por ejemplo, si a un chico le costaba más hacer las cosas- explica-, que espabile porque la vida nos come a todos por igual".

Informático de profesión, señala que ha tenido que luchar a diario para vencer el "proteccionismo" que tienen los padres de cara a que sus hijos practiquen un deporte que no logra sacudirse "esa fama que tiene de violento". Y no solo con los padres. También ha tenido que hacer hincapié a las personas sin discapacidad para que traten a su compañero del mismo modo que al resto. "Hay que acoger a esas personas como si fueran una más, sin excepciones", precisa. Al fin y al cabo, la esencia del Mixed Ability es actuar de "puente" para que "aquellos que quieran jugar a rugby, puedan hacerlo". 

Oier habla maravillas de un proyecto de investigación llamado Erasmus Plus que trata de medir el impacto del Mixed Ability tanto en los deportistas como en las familias o en los staffs técnicos. "La conclusión fue que la inclusión es posible y que el rugby sólo es la excusa porque lo realmente importante es que la sociedad les dé una oportunidad de practicar un deporte que a ellos les hace sentirse miembros de una familia y al mismo tiempo estar más integrados", añade.

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