La instalaciones de Río 2016, en ruinas seis meses después de los Juegos

Medio año ha pasado desde que Río de Janeiro acogiese los polémicos Juegos Olímpicos de 2016. Buena parte de los habitantes de la ciudad se opusieron a su celebración, del mismo modo que con el Mundial dos años antes, por los tremendos gastos invertidos en las instalaciones, en detrimento de otros sectores con necesidad de mejoras acuciantes como la educación, la sanidad o el empleo. Seis meses después de los Juegos Olímpicos, el estado ruinoso de las instalaciones, ha dado la razón a los ciudadanos.

A finales de enero saltaba la noticia sobre el símbolo del fútbol mundial y de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El estadio Maracaná estaba abandonado por un conflicto entre el COI y Odebrecth, empresa privada propietaria, y se habían producido saqueos en su interior.

Una semana más tarde, el Maracaná se quedó sin luz por el impago de tres facturas atrasadas, sumiendo en la miseria a un escenario en el que se disputó la final del Mundial 2014, así como las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos.

Ahora ya no solo es el Maracaná, sino toda la villa olímpica la que se encuentra en un estado precario. La piscina olímpica, donde Mireia Belmonte y Michael Phelps hicieron historia, está completamente abandonada.El 'legado olímpico' . Este es el estado de la piscina olímpica y de Maracaná 6 meses despues JJOO de Rio. Qué pena! pic.twitter.com/iRpnQcKAKn2014 Pacojo (@PacojoSER) 10 de febrero de 2017

Sus gradas no tienen asientos y la pileta está sin agua, oxidada y destrozada. Además, en el exterior los accesos a todas las instalaciones están deteriorados, únicamente salvándose de la quema el Centro Olímpico de Tenis, que ha sido reconvertido para jugar partidos de voley-playa.

Está claro que Río 2016 no ha sabido gestionar unas instalaciones que se construyeron incluso teniendo que desplazar las viviendas de habitantes de la ciudad. 

D. M.
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