Los norirlandeses no acudían a una gran cita desde el Mundial de México-1986 y ahora hacen historia ante una Grecia desdibujada, colista de grupo y muy lejos del equipo que en 2004 sorprendió proclamándose campeón continental.
Steven Davis fue el protagonista del partido con un 'doblete' (35, 58) y Josh Magennis firmó en el 49 el otro tanto de los locales, desatando la fiesta en Belfast.
Para los helenos consiguió el tanto del honor Christos Aravidis, ya en el 87.
"Sinceramente, no tengo palabras", afirmó Magennis, atacante del Kilmarnock.
"Marqué con el hombro, pero me da igual. Habíamos trabajado las jugadas a balón parado toda la semana, es una parte importante de nuestro juego. Puede que no tengamos las mejores cualidades, pero no nos rendimos nunca. Y con ese sentido del combate somos un equipo formidable", celebró.
Su compañero de quipo Gareth McAuley también se mostró eufórico por lo conseguido.
"No tengo palabras sobre lo que esto representa. He tenido algunos momentos importantes en mi carrera en el plano individual, pero en esto hemos creído todos desde el principio de la campaña", destacó.
Grecia lleva ya doce partidos sin ganar y en esta ocasión dio una buena imagen, dominando la posesión del balón, pero volvió a perder.
Disputará ahora el último partido de las eliminatorias contra Hungría, con el objetivo de no terminar sin victorias en estas eliminatorias.
Por su parte, Irlanda del Norte, invicta desde hace seis partidos, cerrarán su camino en las eliminatorias con un desplazamiento el domingo a Finlandia, donde tratarán de ganar para acabar además líderes de grupo.
"Los jugadores han estado increíbles. Es un honor estar aquí, estoy orgulloso de ser su entrenador", festejó el seleccionador, Michael O'Neill.
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