Los islandeses, una discreción que seduce en Annecy

Tras llegar casi de incógnito a las orillas del lago de Annecy, la selección islandesa se ha convertido en el niño mimado de los medios de comunicación desde que se ha convertido en el aguafiestas de la Eurocopa, pero muestra una discreción que seduce a los habitantes del lugar.

Alojado en un barrio residencial de Annecy-le-Vieux, el muy modesto centro de entrenamiento de la selección que se enfrentará a Francia, el domingo en cuartos de final, está ahora invadido de periodistas del mundo entero.

Pese al entusiasmo que se formó por su hazaña contra Inglaterra, ningún aficionado estaba este viernes detrás de las barreras que protegen el pequeño complejo deportivo, en el momento del entrenamiento de los jugadores islandeses.

"Ellos son muy discretos y nosotros también tratamos de serlo con ellos. Vemos el autobús llegar y partir, eso es todo", explica Agathe, una vecina de 20 años, contenta de ver a "esta pequeña nación" hacer un tan buen recorrido en la competición.

Como el conjunto de los vecinos de la Union Sportive d'Annecy-le-Vieux, el club de fútbol local, Agathe y su familia fueron invitados a un entrenamiento del modesto equipo de la Eurocopa. Un perfil que seduce a los habitantes de esta ciudad de 20.000 personas.

"Desde su hazaña frente a Inglaterra, son muchos los aficionados de fútbol que nos preguntan si es aquí donde entrena la selección islandesa. Pero su entorno de trabajo sigue siendo muy tranquilo. Antes, la gente ignoraba a este equipo ya que debían imaginarse que iba a ser pronto eliminado", afirma una responsable de la seguridad.

Por parte de la selección islandesa, se dice que esta burbuja de discreción es también la consecuencia de la seguridad draconiana puesta en marcha alrededor de las selecciones participantes en la Eurocopa.

"Los jugadores no salen mucho ya que las consignas de seguridad son estrictas. Si lo hicieran, sería bajo escolta policial", asegura un miembro del cuerpo técnico. "Nos quedamos la mayor parte del tiempo en el hotel. Es tal vez eso lo que hace también que tengamos menos presión que los grandes equipos", analizó un jugador.

"Viven en el hotel como si fuera su propio domicilio. Hacen las cosas ellos mismos, desplazan los muebles y los colocan", explica Véronique Proux, la directora del hotel Les Trésoms, en Annecy. Pequeña anécdota: "pidieron que la temperatura de la piscina balneario subiera a 39 grados, como en Islandia", añade.

Desde la hazaña de los islandeses en octavos de final, este establecimiento de cuatro estrellas fue privatizado y su seguridad en los alrededores se vio reforzada para hacer frente a la afluencia masiva de curiosos y medios de comunicación.

"Cuando el equipo vuelve de los partidos, los jugadores dicen que regresan a casa", explica Omar Smarason, el responsable de relaciones con la prensa de la selección islandesa.

Para Bernard Accoyer, alcalde de Annecy-le-Vieux, "ninguno de los miembros del grupo son arrogantes". "Son muy simpáticos, simples y fáciles de acceso", estima, alabando su "increíble solidaridad sobre el terreno".

El político explica que el sitio fue aconsejado a la federación islandesa por uno de los jugadores del FC Nantes, un club acostumbrado a ir al lugar durante la preparación veraniega.

Contrariamente a Évian, que alberga a pocos kilómetros a la selección alemana, Annecy-le-Vieux fue clasificada como ciudad "sede" por la UEFA, con lo que se pudo beneficiar de la financiación del arreglo del césped y de una compensación financiera proporcional a la estancia de la selección islandesa.

El alcalde asegura que "el 10% de la población islandesa está presente en Francia para seguir al equipo, "un buen porcentaje se encuentra en la región de Annecy". "Hemos albergado a este equipo modestamente, con nuestros medios", añade Bernard Accoyer, que ve "la historia de un pequeño que recibe a otro".

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