Italia acaba con el sueño español en el Mundial sub 20

Aún no se había cumplido los primeros treinta minutos de partido e Italia, sin marcar un gol, había ganado medio billete para cuartos. El colegiado del partido, el argentino Héctor Baldassi, expulsaba con roja directa al sportinguista Botía por una falta que hubiera quedado castigada suficientemente con una tarjeta amarilla. España iba a tener que jugar con 10 más de una hora y eso, ante Italia, es dar mucha ventaja.

Los hombre de Luis Milla se presentaban como favoritos: no sólo estaban invictos e imbatidos, no sólo eran el único equipo que había ganado sus tres partidos en la primera fase, no sólo eran el equipo máximo goleador y el menos goleado (nadie había marcado un gol a Sergio Asenjo).Además de todo eso, que no era poco, estos mismos jugadores habían ganado a Italia en la final los Juegos del Mediterráneo hace poco más de tres meses, y en Italia.

Pero Italia es Italia, y siempre hay que respetarla. Se notó desde el primer minuto que iba a ser un partido incómodo, que no sería tan fácil como algunos pensaban, que el hecho de que hubieran pasado como terceros de su grupo no daba ventaja a los españoles... y se acertó. Los italianos plantearon una batalla en el centro del campo de la que salieron bien parados ante la rigurosidad del argentino Baldassi.

Porque hasta la media hora de partido el juego estaba equilibrado, con una selección española que llevaba el peso del choque y unos italianos, muy bien colocados, que buscaban la contra. Pero la expulsión lo cambió todo. España se quedó con 10 y tuvo que recomponer su esquema. Milla colocó un 4-4-1 con Nsúe muy solo arriba e Italia se hizo con el partido.

España logró llegar al descanso con el empate a cero inicial, pero se presumía una segunda parte complicada.

Segunda parte de locura

Españoles e italianos dispusieron de ocasiones tras la reanudación: ninguna muy clara, pero las llegadas se sucedían en una y otra área. Hasta que en cinco minutos, Italia casi dejó sentenciado el partido: primero Mustacchio y después Mazzarani ponían en ventaja a los azzurri y dejaban el partido muy cuesta arriba para la Roja. 

Pero España estaba en Egipto para ganar y no se vino abajo. Todo pudo cambiar si un zapatazo de Ñíguez, el mejor de España, no se hubiera estrellado contra el travesaño nada más recibir el 1-0, pero con 25 minutos por delante, el propio delantero del Celta transformó un penalty cometido sobre Ander Herrera y metió de nuevo a los de Milla en el partido.

El 1-2 provocó nerviosismo en Italia, y aunque la ventaja numérica se dejó notar en el cansancio español, los de Milla no se amilanaron. Pudieron sentenciar en varias contras los transalpinos, aprovechando que España dejaba espacios buscando el empate, pero no lo hicieron y dieron vida a los españoles. Vida que estuvo a punto de aprovechar de nuevo Aarón Ñíguez.

El argentino señaló un segundo penalty a favor de España, este bastante más discutido ya que pareció Ñíguez el que dejó la pierna buscando al defensa. El celtiña, que había marcado el primero a lo Panenka buscó ahora la potencia, pero Fiorillo le adivinó la intención.

Ahí se acabó el partido. Italia sentenció poco después por medio de su mejor hombre, Mustacchio, un partido que tuvo de cara desde el primer tiempo y que no desaprovechó. Si a un equipo que sabe jugar con las circunstancias como ellos le das ventaja, lo pagas, y España se vuelve a casa mucho antes de lo esperado.

Ficha técnica

España: Sergio Asenjo; Azpilicueta, José Ángel, Laguardia, Botia; Jordi Alba (m.46 Ander Herrera), Ñíguez, Dani Parejo, Oriol Romeu; Fran Mérida (m.67 Kike) y Nsue.

Italia: Fiorillo; Crescendi (m.69 Bruscagin), Mazzota, Albertazzi, Calderoni, Bini; Mazzarani, Sciacca (m.53 Romizi), Mustacchio, Della Penna (m.82  Bonaventura) y Misuraca.

Árbitro: Héctor Baldassi, de Argentin. Expulsó con tarjeta roja al español Botia, en el minuto 28, y sacó tarjetas amarillas a los españoles Aarón, Laguardia, Oriol y Fran Mérida, y a los italianos Crescendi, Albertazzi, Sciaca, Mustacchio y Bruscagin.

Incidencias:estadio Al Salam, de césped artificial, a las afueras de El Cairo.