Javier Piles, entrenador de Ferrer revela que "ya tenía cerrado el billete de vuelta"

  • Melburne.- El británico Andy Murray, quinto favorito, pone a prueba las posibilidades competitivas del español David Ferrer en el Abierto de Australia, el salto cualitativo al que definitivamente aspira tras romper el orden establecido en el primer Grand Slam del curso con su triunfo sobre Rafael Nadal.

Andy Murray, penúltimo muro para David Ferrer
Andy Murray, penúltimo muro para David Ferrer

Melburne.- El británico Andy Murray, quinto favorito, pone a prueba las posibilidades competitivas del español David Ferrer en el Abierto de Australia, el salto cualitativo al que definitivamente aspira tras romper el orden establecido en el primer Grand Slam del curso con su triunfo sobre Rafael Nadal.

Ferrer está en la hora de la verdad del torneo, para la que prácticamente no contaba. Es el intruso entre los aspirantes. Al lado del suizo Roger Federer, del serbio Novak Djokovic y del británico Andy Murray, componentes de la elite del circuito junto a Rafael Nadal.

David Ferrer, en esta ocasión, forma parte de ellos. Invicto en el 2011, con el título de Auckland en el bolsillo, afronta el partido más importante de su carrera desde aquel que disputó en Nueva York, en el Abierto de Estados Unidos del 2007, cuando salió malparado del cruce previo a la final con el serbio Novak Djokovic.

El tenista español, que se marchará de Melburne con el número seis del mundo en el bolsillo después de superar al checo Tomas Berdych y situarse a solo dos puestos de la mejor clasificación de su carrera (2007), ha ido acumulando méritos en su recorrido por el primer Grand Slam del curso.

Ferrer salió airoso de los choques contra el finlandés Jarkko Nieminen (6-4, 6-3, 1-6 y 6-2), el estadounidense, de la fase previa, Michael Russel (6-3, 6-2, 5-7 y 7-6(9)), el lituano Richard Berankis (6-2, 6-2 y 6-1), el canadiense Milos Raonic (6-4, 7-5, 4-6 y 6-4) y reforzado de su victoria ante su compatriota Rafael Nadal (6-4, 6-2 y 6-3).

La carrera del español aglutina siete títulos. Tres de ellos en pista rápida. El último, precisamente, el de Auckland hace dos semanas, que también ganó en el 2007, cuando conquistó también Tokio, en cemento. Excepto el que obtuvo en hierba, en Hertogensbosch hace tres cursos, el resto son en tierra: los dos de Valencia (2008 y 2010), el de Acapulco (2010), el de Bastad (2007), el de Sttutgart (2006) y el de Bucarest (2002).

Tres de las diez finales que, además, ha disputado, fueron también en pista dura.

Todo lo contrario que su adversario. Murray, que presume de dieciséis éxitos, no ha ganado nunca en arcilla. La mayoría de sus conquistas son en superficie rápida. Solo la del Queens del 2009 fue en hierba. Todas las demás, incluidas las más reputadas, en los Masters 1000 o Masters Series de Shangai, Canadá (dos veces), Miami, Madrid o Cincinnatti, se lograron en cemento. Es su área preferida.

Carece, no obstante, Andy Murray de la gloria de un Grand Slam. Su asignatura pendiente. Es el único jugador del cuarteto dominador que carece de un grande. Estuvo a punto en el Melbourne Park el pasado año, a donde pretende regresar. Y en el Abierto de Estados Unidos del 2008. En ambas salió malparado ante el suizo Roger Federer.

"Murray es el favorito. Tiene más experiencia en estas situaciones. Es lógico. El tenis es un deporte que miente muy poco y el ránking lo dice todo. Yo tengo que hacer un partido serio, sensato", reconoció David Ferrer.

"Andy (Murray) es un rival muy difícil. Es distinto a Rafa y tendré que estar muy concentrado. Tendré que estar agresivo porque igual ataca que se defiende", indicó Ferrer.

Ferrer ha madurado y ocasiones como las de Nueva York o esta de Melbourne no llegan con asiduidad para un jugador como él. "Es verdad que intento mejorar en el tema de la concentración y la confianza. A veces he pecado de ser algo conformista. Tengo que afrontarlo de otra forma que entonces", asumió el español.

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