Jugadores modestos, mafias y apuestas: El amaño de partidos en el tenis

  • Varios tenistas de alto nivel, como el serbio Novak Djokovic o el francés Arnaud Clement, han reconocido que fueron contactados para que amañaran partidos de tenis, una práctica por la que únicamente algunos jugadores secundarios han sido sancionados.

La Unidad por la Integridad del Tenis (TIU), creada en 2008, ha publicado 18 sanciones, entre ellas seis suspensiones de por vida, por amaño de partidos, aseguró este lunes en Melbourne el presidente de la Asociación de Tenistas Profesionales, Chris Kermode.

Entre las seis suspensiones de por vida, cinco jugadores, el serbio David Savic (659º mundial) y el austriaco Daniel Koellerer (antiguo 55º mundial) en 2011, el ruso Sergei Krotiouk (789º mundial) en 2013, su compatriota Andrey Kumantsov (mejor clasificación: 261º mundial) en 2014, y el griego Alexandros Jakupovic (469º mundial) el pasado diciembre.

El sexto integrante de la lista es un árbitro, el francés Morgan Lamri, en noviembre de 2014.

Esta máxima sanción golpeó también a dos jugadores italianos el año pasado, que fueron suspendidos por su federación, Potito Starace (antiguo N.27 mundial) y Daniele Bracciali, cuyos nombres aparecieron en la investigación del caso 'Calcioscommesse', enorme escándalo de partidos comprados en el fútbol italiano.

Pero su suspensión de por vida fue levantada tras una apelación en octubre: Starace fue declarado inocente y Bracciali suspendido 12 meses.

Otros jugadores han sido sancionados de manera temporal en los últmos años, entre ellos el español Guillermo Olaso (cinco años, 236º mundial), que jugaba en los circuitos Challenger y Futures, inferiores a la ATP.

Tras las revelaciones de la BBC y de BuzzFeed, según las cuales ocho jugadores inscritos en el primer grande del año serían sospechosos de amañar partidos en la última década, el número 1 mundial Novak Djokovic reconoció un acercamiento indirecto para que se dejara perder en el Torneo de San Petersburgo de 2007.

"Alguien se me acercó indirectamente, por medio de gente que trabajaba conmigo en aquella época. Evidentemente inmediatamente dije no. La persona que intentó contactarme ni siquiera vino a mí", señaló el serbio.

No es el único. En octubre de 2007 el francés Arnaud Clement hizo una declaración similar: "Me pasó, no diré dónde, ni la suma que me propusieron porque no es lo más importante, pero me pidieron que perdiera un partido".

"Me pongo en el lugar del joven jugador, o del jugador que no se gana muy bien la vida. Seguro que incluso si rechazan la propuesta, esto les habría provocado un dilema", añadió Clement.

También en 2007 el escocés Andy Murray dijo que "la corrupción existe y todo el mundo sabe que es frecuente".

Según las informaciones de los medios británicos, 16 jugadores del Top 50 mundial, entre ellos vencedores del Grand Slam, serían sospechosos de amañar partidos en la última década.

Pero lógicamente los jugadores que no están en la parte alta de la clasificación son los más susceptibles de caer en la corrupción.

El debate entre el dinero que ganan los campeones y lo que reciben los que suelen caer en las primeras rondas es frecuente. El año pasado los vencedores individuales de Roland Garros ganaron 1,8 millones de euros cada uno, 150.000 euros más que en 2014.

La dotación global del Grand Slam francés fue de 28 millones de euros, cantidades que están a años luz de lo que reciben los 'jornaleros' del circuito.

"Han intentado comprarme varias veces. Un día un tipo que hablaba inglés me ofreció 100.000 euros por perder un partido", declaró en 2007 el modesto jugador brasileño Flavio Saretta.

El encuentro en cuestión era una segunda ronda de Roland Garros 2006, precisamente contra el italiano Starace. El brasileño, peor clasificado, acabó ganando.

El caso del tenista ruso Nikolai Davydenko fue el que desencadenó la investigación sobre la que se apoyan la BBC y BuzzFeed.

En agosto de 2007 el antiguo número 4 mundial disputaba la segunda ronda del Torneo de Sopot (Polonia) frente al argentino Martín Vassallo Arguello (83º).

Davydenko ganó el primer set 6-2 y luego cedió el segundo por 6-3. En el tercero, con 2-1 favorable, decidió retirarse debido a una lesión en un pie.

Al día siguiente la empresa de apuestas Betfair suspendió los pagos relativos a este partido, obligando a la ATP a abrir una investigación.

Según Betfair, cerca de 3,4 millones de libras (4,5 millones de euros) fueron apostados antes del partido y durante el primer set, diez veces más que el montante total de las apuestas normales en un partido similar.

Y lo más curioso fue que mientras el ruso dominaba el duelo, las apuestas continuaron aumentando a favor de una victoria de su adversario.

Tras saltar el escándalo, Davydenko negó en varias ocasiones haber amañado el partido.

Antes de este caso los rumores de corrupción habían aparecido años antes en el mundo del tenis.

En marzo de 2007 en Miami la ATP contrató los servicios de un arrepentido de la mafia de Nueva York, Michael Franzese, para dar una charla a los jugadores.

"Nos habló de su vida, de todas las malas cosas que le pasaron con la gente de la mafia", explicó en agosto de 2007 el checo Tomas Berdych, entonces N.10 de la ATP.

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