La alargada sombra del "Doctor Ferrari"

  • El médico italiano Michele Ferrari siempre se defiende afirmando que nada tiene que ver, pero cada vez que estalla un escándalo de dopaje su nombre aparece ligado.

Nemesio Rodríguez

Madrid, 9 ago.-El médico italiano Michele Ferrari siempre se defiende afirmando que nada tiene que ver, pero cada vez que estalla un escándalo de dopaje su nombre aparece ligado.

El protagonista del último es el marchador Alex Schwazer, oro en Pekín en 50 kilómetros, excluido el pasado lunes de los Juegos de Londres por haber dado positivo por EPO, un producto que, según admitió, se había inyectado él mismo después de comprarlo en Turquía.

Una vez estallado el escándalo, poco tardó en surgir el nombre de Michele Ferrari.

"Mi dopaje nada tiene que ver con Ferrari", contesta Schwazer, de 27 años, que reconoció que se puso en contacto con el médico en 2010 para mejorar su rendimiento. Ambos desarrollaron un programa de entrenamientos.

Si hay que creer a "La Gazzetta dello sport", el "Doctor Ferrari" es un personaje y muchos más: "Científico, brujo. Médico, entrenador. Buscado, vigilado, investigado. Mito, "Testarossa", "Number one", "Wanted".

Pese a las sospechas, el único castigo que ha sufrido en Italia es el de haber sido inhabilitado por la justicia deportiva (en 2002).

Fuera de Italia, la Agencia Antidopaje de Estados Unidos lo suspendió a perpetuidad el pasado 10 de julio, junto al médico español Luis García del Moral y su compatriota José "Pepe" Martí, preparador físico, acusados de participar junto con Armstrong en un plan de dopaje sistemático desde 1999 hasta 2005.

Ferrari, de 59 años, licenciado en medicina y cirugía, gran aficionado al ciclismo, se especializó en el campo deportivo en la Universidad de Roma. Fue colaborador estrecho del bioquímico Francesco Conconi, vinculado a más de un caso de dopaje de deportistas de elite.

Listas de campeones y el nombre de Ferrari, son una constante desde la década de los 90, cuando la Fiscalía de Bolonia le abrió una investigación sobre la presunta comercialización, receta y suministro a deportistas de fármacos nocivos para la salud.

Este médico siempre ha tenido un particular enfoque acerca del dopaje. En abril de 1994, llegó a decir en una entrevista con "L'Equipe" que "el límite está en el control antidopaje y todo lo que no esté prohibido está permitido".

"Si fuera deportista, tomaría todo aquello que no está prohibido", sostenía. También afirmó que la EPO hace "menos daño" que el "zumo de naranja" si se toma en "módicas cantidades".

Ferrari, médico entre otros del suizo Tony Romminger, que batió en dos ocasiones el récord de la hora en 1994, pasa por ser uno de los pioneros en el uso de la EPO en el deporte. Esta hormona aumenta la concentración de glóbulos rojos en la sangre y mejora el rendimiento muscular.

Ferrari compareció como imputado en un proceso abierto en 2002 por el Tribunal de Bolonia, ante el que algunos ciclistas, entre ellos Claudio Chapucci y Filippo Simeoni, admitieron que tomaron EPO por consejo del médico. El español Abraham Olano también prestó declaración.

En octubre de 2004, Ferrari fue condenado a un año de cárcel y suspendido para ejercer durante once meses y 21 días por fraude deportivo y ejercicio abusivo de su profesión, pero no por suministrar fármacos nocivos para la salud, acusación que no pudo demostrarse. Posteriormente, fue absuelto en apelación.

El caso más sonado en el que se ha visto envuelto Ferrari es el de Armstrong, siete veces campeón del Tour.

Fue Greg LeMond, tres veces ganador de la prueba gala, el que en 2001 abrió la tapa de la caldera Ferrari al manifestar que era muy triste ver cómo un deportista como Armstrong podía estar relacionado con un personaje oscuro del mundo de los estimulantes y las drogas.

Armstrong admitió haber recibido atención de Ferrari, pero negó que le recomendara el consumo de EPO.

Su excompañero Tyler Hamilton, que cumple una suspensión por dopaje de ocho años aunque esté ya retirado, aseguró el 20 de mayo de 2011 a la cadena CBS que vio a Armstrong inyectarse EPO "más de una vez", como él había hecho "muchas veces".

"Nunca me he dopado", es la respuesta habitual de Armstrong a las acusaciones, incluso después de que la Agencia Mundial Antidopaje estadounidense le comunicara en junio que disponía de testimonios que demostraban que él y cinco exmiembros de su entorno (en el US Postal), entre ellos Ferrari, estuvieron implicados en una plan de dopaje sistemático entre 1999 y 2005, una trama que, según "La Gazzetta", movía alrededor de 30 millones de euros.

Un mes más tarde, llegó la inhabilitación a perpetuidad de Ferrari en Estados Unidos. Su alargada sombra vuelve ahora a proyectarse sobre un campeón, el marchador Schwazer, y los medios italianos se preguntan por qué los deportistas siguen requiriendo sus servicios.

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