La Bola del Mundo será el gran colofón de una Vuelta a España en la que se apuesta por el espectáculo. Si las grandes novedades fuera de lo que es la carretera propiamente dicho, son el maillot rojo de líder y la celebración de una contrarreloj por equipos en horario nocturno, la nota más destacada sobre el perfil de la ronda española es la ascensión al Alto de las Guarramillas, más conocido como La Bola del Mundo.
Después de que antes se hayan ascendido cumbres como la de Xorret del Catí en la etapa ocho, se llegue a las montañas de Andorra en la 11, se sufra en Peña Cabarga en la 14 y se suba a los míticos Lagos de Covadonga en la 15, la llegada a La Bola del Mundo en la penúltima cita de la Vuelta puede ser definitiva.
La etapa del 18 de septiembre comenzará en San Martín de Valdeiglesias y presenta en su recorrido dos puertos de Primera, el Alto del León y el Puerto de Navacerrada. Por si los corredores no tuvieran suficiente con ese aperitivo y después de tres semanas de competición, la organización de la Vuelta ha preparado el Alto de Guarramillas como fin de fiesta. La Bola del Mundo es de categoría especial y sus rampas se pueden competir para alguno en auténticas paredes, ya que alcanzan porcentajes del ¡23 por ciento!
Enrique Franco, el gran director de la Vuelta, no lo verá, pero se cumple por fin uno de sus sueños. Será el mejor fin de vuelta posible para una edición que cumple el 75 aniversario desde su primera edición.
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