La delegación vuela a Madrid triste pero empezando a asumir que "en las competiciones no siempre se gana"

BUENOS AIRES, 8 (de la enviada especial de EUROPA PRESS Virginia G. Fontcuberta)

La delegación de Madrid 2020 ya ha llegado al aeropuerto de Buenos Aires donde en poco más de una hora saldrá el vuelo que les llevará a la capital española tristes pero empezando a asumir que "en las competiciones no siempre se gana", como ha expresado la teniente de alcalde y delegada de Economía y Hacienda, Concepción Dancausa.

La edil ha defendido, como ya hiciera ayer la alcaldesa, Ana Botella, que los sueños de Madrid no acaban con la decepción olímpica. "El Ayuntamiento tiene sus propios proyectos, se está trabajando para conseguir sus propios objetivos", ha manifestado después de asegurar a la prensa que en la candidatura no se ha hablado de la opción de presentarse o no a un cuarto intento consecutivo, sólo de tratar de asimilar el golpe recibido ayer por parte del COI.

"Estamos en un momento extraordinario del deporte español. Sólo por ellos deberíamos haber ganado los Juegos", ha añadido Dancausa. En la misma línea ha ido el socialista Jaime Lissavetzky, que ha asegurado, con su experiencia como secretario de Estado para el Deporte, que la candidatura madrileña era perfecta y "que más no se ha podido hacer". "Se ha hecho un trabajo excelente", ha apostillado.

Lissavetzky es de las pocas autoridades que vuelan a Barajas con deportistas y prensa ya que la alcaldesa regresará a España, aterrizando en Torrejón de Ardoz, en la aeronave en la que viajan los Príncipes de Asturias, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los ministros de Industria, y Cultura, Educación y Deporte, José Manuel Soria y José Ignacio Wert, respectivamente. El presidente de la Comunidad, Ignacio González, voló en la noche del sábado rumbo a Madrid.

Ahora, como han explicado desde la candidatura en el aeropuerto de Ezeiza, queda asumir con "serenidad" la decisión de COI y tratar de pasar el mal trago y el malestar ante una decisión que, pocas horas después de conocerse, sigue sin ser comprendida.