La España fascista que denuncian los hermanos Bardem en `Alacrán enamorado´

Alacrán enamoradotiene la valentía de reflejar la realidad de la ultraderecha en España con una historia optimista acerca de un joven cabeza rapada que intenta superar su odio racial gracias a su pasión por el boxeo y el amor de una joven de otra raza.

Carlos Bardem, uno de los protagonistas del filme y autor de la novela homónima en la que se inspira la película de Santiago A. Zannou, asegura que ha encontrado fascistas en varios ámbitos de la sociedad.

"Los hay en los campos de fútbol; existen en la política, aunque lleven corbata, y los tienes en la calle", afirma Carlos Bardem.

Curiosamente, Javier Bardem ha sido el encargado de dar vida a esos neonazis de cuello blanco. El actor, de reconocidas posiciones progresistas, encarna a uno de esos ideólogos fascistas, que aparecen públicamente como intelectuales, aunque de manera soterrada se encarguen de fijar la estrategia de los bandas de skins.

En el filme, en un estadio inferior en la clasificación neonazi, tendríamos al jefe de una banda de cabezas rapadas, un rol que en el largometraje encarna con asombrosa energía Miguel Ángel Silvestre.

"Su papel es el de cabronazo, malvado y brazo ejecutor del demonio", aclara el director Santiago A. Zannou.

Por último, encontraríamos a todos aquellos que, como el personaje de Julián, son neonazis de base. En este caso, el filme encuentra para él una salida en el boxeo y el amor de una mujer de distinta raza.

Resulta curioso que, tanto Álex González, el actor que interpreta el papel, como el director, se hayan visto identificados con un hombre con el que aparentemente tienen poco en común.

"Los dos nos hemos sentido muy Julianes; ambos estábamos en un momento de nuestra vida donde teníamos que superarnos, y dejar nuestra rabia para abrazar con fuerza nuestra profesión", confiesa Santiago A. Zannou.

La película no se conforma con mostrar la realidad del fascismo en España, sino que refleja una actitud pesimista muy común que consiste, en palabras de Carlos Bardem, "en sabotearnos, decirnos que hemos perdido y no podemos ser mejores".

El ejemplo perfecto lo tendríamos, según el actor, en el personaje del boxeador fracasado y alcohólico que encarna en la cinta.

"Es un tipo que deja la vida atrás y sale de cuadro. Lo enfocamos como alguien que vive anclado en el pasado, sufre una derrota vital que no ha superado y se ha convertido en su peor enemigo", dice Carlos Bardem.

En resumen, Alacrán enamorado podría calificarse como una película optimista que, a pesar de plasmar la violencia, el fascismo y el pesimismo de la sociedad contemporánea, muestra que todos podemos superar nuestra negatividad para progresar, mensaje verdaderamente esperanzador en estos negros tiempos de crisis.