La fiesta de 15 de Caterine Ibargüen

  • La colombiana Caterine Ibargüen llegó a la mayoría de edad como atleta con la medalla olímpica de plata en Londres 2012, pero ha sido este año cuando ha celebrado su fiesta de 15, tras de lo cual su apetito creció.

Gustavo Borges

Xalapa (México), 28 nov.- La colombiana Caterine Ibargüen llegó a la mayoría de edad como atleta con la medalla olímpica de plata en Londres 2012, pero ha sido este año cuando ha celebrado su fiesta de 15, tras de lo cual su apetito creció.

"Soñé por mucho tiempo con pasar de los 15 metros, lo logré y después de eso mis expectativas crecieron y pienso en que sería bonito darle un récord mundial a mi país", asegura Ibargüen, campeona mundial de triple salto.

Originaria de Apartadó, en Antioquia, Caterine marcó un registro de 15,31 metros el pasado 18 de julio en la reunión de Mónaco y ratificó su nivel al saltar tres veces más sobre 14.85, lo cual le permitió apoderarse de cuatro de las cinco mejores marcas del año.

"A esta temporada la premio con el primer lugar, hice mi mejor marca, gané la Liga de diamantes, y me mantuve en el más alto nivel", comentó la atleta que cerró ayer su campaña 2014 con la medalla de oro en los Centroamericanos y del Caribe con un récord de 14,57, inicialmente anunciado como 14,76.

Ibargüen vino al mundo hace 30 años dotada con lo necesario para sobresalir en el deporte, posee una piernas fibrosas y flexibles, abdomen de lavadero, estatura de 1,80 y una capacidad de trabajo casi animal.

Es la mejor triplista del mundo, pero, sin dedicarse a esos eventos, posee un buen registro de 1,93 en salto de altura y un 6,73 en longitud, marcas con las que hubiera ganado oro en Xalapa, además de un 5,742 en la inhumana prueba de heptatlón en la cual hubiera quedado tercera, de haber igualado su récord.

Sin embargo, la colombiana acepta que la clave de sus triunfos no ha sido solo su talento, sino seguir como si fuera un gurú a su entrenador, el cubano Ubaldo Duany.

"Cuento con un gran equipo técnico encabezado por Duany; ahora tiene trabajo por hacer para que yo me pueda superar y estoy dispuesta a asumir lo que él me ponga", dice.

Es una simpática mujer de ojos pícaros que trata a los medios con desparpajo y les responde con palabras bien pensadas.

"Parte de la gracia está en disfrutar lo que hago, siento placer al saltar y me gusta irradiar mi energía al público", explica la campeona que en Xalapa, sede del atletismo de los juegos regionales, fue aclamada por los mexicanos como si representará a México y no a la selección de Colombia, colocada tercera en la tabla de medallas.

Al venir a Xalapa, Ibargüen dio una gran muestra de amor a su país porque los Juegos están fuera de fecha y le parten la preparación general para la campaña 2015. Ahora debía estar metida en el gimnasio y no en el tanque de saltos, sin embargo es del tipo de mujer que no le gustan las cosas a medias y se tomó la justa como si fuera el Campeonato Mundial.

En el primer salto rompió el récord y en el segundo hizo el 14.57 que quedará como plusmarca hasta que ella misma intente mejorarlo dentro de cuatro años en Barranquilla.

Será una de las cabezas de la delegación de Colombia en los Juegos Panamericanos de Toronto de julio venidero y semanas después en los Campeonatos Mundiales a los cuales llegará con la meta puesta en la medalla de oro y mirando de reojo el registro mundial de 15.50, impuesto por la ucraniana Inessa Kravets en agosto de 1995.

Y es que después de la fiesta que le representó saltar sobre 15 metros, Caterine siente que puede comerse el mundo a mordidas.

"Lo reconozco, el récord mundial es una obsesión", dice y se pone la mano en la boca, como si hubiera sido indiscreta consigo misma.EFE.

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