La increíble historia del chico que huyó de la guerra en un contenedor y ahora juega en el Boca Juniors

    • La familia de Bayan Mahmud fue asesinada en Ghana y decidió colarse en un barco, no sabía el destino.
    • Tiene 18 años y llegó hace 28 meses a Argentina donde un ojeador vio su calidad y le fichó para Boca Juniors.
La increíble historia del chico que huyó de la guerra en un contendor y ahora juega en el Boca Juniors
La increíble historia del chico que huyó de la guerra en un contendor y ahora juega en el Boca Juniors

La historia de Bayan Mahmud es un hecho real aunque podría ser el guión de una película. Llegó hace 28 meses a Argentina en un contenedor de barco. El miedo a morir en la guerra de Ghana le hizo colarse en el primero que vio, ni siquiera sabía cuál era su destino.

Sus padres murieron en la guerra de 2005 y, cuando en 2010 comenzó otra vez la lucha, decidió huir. "Los de la tribu Kusazi no llevamos marca en el cuerpo. Mi hermano y yo no nacimos en la capital y me podían matar", cuenta emocionado Bayan.

Se hizo amigo de la gente que trabajaba en un barco y le ayudaron a colarse en un contenedor. "Dormía en la parte de atrás de un contenedor, en el suelo. No tenía documentos ni nada. Estuve ahí escondido un día y medio. Al final, salí porque si no, iba a morir. Los que me vieron son muy buena gente. Me dijeron que me quedara tranquilo, que no saliera mucho. Me traían comida. Y así estuve las tres semanas que duró el viaje. Yo no sabía que estaba viniendo a Argentina".

Cuenta su historia para la página web de Boca Juniors y según habla los ojos se le llenan de lágrimas.

"Mis padres habían fallecido en 2005 en la guerra y sabía que todo lo que estaba pasando era muy peligroso. Después de eso, estuve con mi hermano en un orfanato. Por eso, quería irme. Empezamos a correr, ese lugar es medio jodido. Y no sabía qué pasaba con mi hermano. Cuando me bajé del barco estuve tres días sin hablar. Hasta que me encontré con un par de senegaleses y nos pusimos a charlar del Mundial de Sudáfrica 2010. Ellos son muy buena gente, me llevaron a migración en un taxi. Y de ahí me mandaron a una pensión de refugiados en Flores. Después, me fui a Constitución, donde había muchos africanos".

Fue entonces cuando el destino de Bayan dio un giro inexperado.

"Los sábados siempre pasaba por la plaza en la que jugaban al fútbol hasta que un día me preguntaron si quería entrar. Venían perdiendo, pero pasamos a ganar todos los partidos. No sabía que estaban jugando por dinero. Y me dieron 18 euros. ¡Buenísimo, je! Entonces empecé a ir seguido y una persona que se llama Rubén García me vio jugando ahí y me trajo a Boca. Agarramos el formulario y me hicieron la prueba. Y ese día jugué muy bien, je", relata emocionado.

Boca Juniors lo cobijó, lo alimentó, lo ayudó en su proceso de refugiado para poder radicarse definitivamente en el país. Este año fue inscripto para poder jugar oficialmente en las categorías inferiores. Bayan juega en la banda derecha y tiene otro sueño: "ser el primer negro en jugar en la Selección Argentina".

El primero lo cumplió cuando localizó a su hermano a través de Facebook. "Itatí Encinas, secretaria de presidencia, y una amiga de ella me ayudaron mucho. Yo no sabía si él estaba vivo o muerto. Y un día me dijeron que lo habían encontrado. Él también me estaba buscando, entonces puso su número de teléfono en su información. Lo llamaron y empezamos a hablar. Fue una emoción muy grande. Después empezamos a usar el skype, a mandarnos fotos y algunos videos".

El club cuenta que Bayan ya es todo un porteño. Estudia, destaca en inglés y en matemáticas, come asados, va al cine y no tiene novia porque "ahora es todo fútbol, fútbol, fútbol". Sin embargo, hay una costumbre que no se mancha: reza cinco veces al día. "Sin Dios, no podría estar acá. Es el que me da fuerzas para seguir". Por Dios, dice, también localizó a su hermano Muntala. "Estuve con él hasta que me escapé. Después no supe nada más".

Este joven de 18 años se ha ganado el corazón de los xeneizes.

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