Esa investigación es diferente a la que la justicia francesa abrió por corrupción en las altas instancias del atletismo y que provocó la imputación del expresidente de la Federación Internacional de ese deporte (IAAF), Lamine Diack.
La investigación sobre el Mundial de Eugene podría salpicar ahora al actual presidente de la IAAF, el británico Sebastian Coe, objeto en las últimas semanas de críticas por un posible conflicto de intereses.
Coe tenía contrato con la marca deportiva Nike, que tiene Eugene como su lugar de fundación.
A finales de noviembre, la BBC reveló la existencia de un correo electrónico en el que se daba a entender que Coe, embajador remunerado de Nike, habría ejercido presiones para que Eugene lograra la sede del Mundial-2021, en un proceso acelerado que perjudicó a la otra aspirante, la sueca Gotemburgo. Ante esas informaciones, Coe decidió poner fin a su relación laboral con Nike.
La investigación preliminar que ha abierto la justicia francesa tendrá por objeto verificar las sospechas y analizará si Francia es competente para juzgar los hechos. Para ello, al menos una parte de la presunta infracción debería haberse cometido en el país.
Los problemas judiciales para la IAAF han sumido a la organización en una importante crisis.
El expresidente Diack es sospechoso de corrupción y de haber ocultado controles antidopaje positivos de atletas rusos.
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