La lucha entre Nadal y Djokovic, y el abrumador dominio de Serena

  • El año que acaba se ha caracterizado por la titánica lucha entre el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic, una apasionante rivalidad que ha dejado atrás otras míticas del pasado y que amenaza con ampliarse la temporada que viene.

Miguel Luengo

Madrid, 16 dic.- El año que acaba se ha caracterizado por la titánica lucha entre el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic, una apasionante rivalidad que ha dejado atrás otras míticas del pasado y que amenaza con ampliarse la temporada que viene.

Entre ambos han acaparado 17 torneos, con diez de ellos en 14 finales para el de Manacor, al que le han faltado dos meses del curso, tras reaparecer en febrero después de siete meses de ausencia, y que ha triunfado en dos Grand Slams, Roland Garros y Abierto de EE.UU.

Sin lesiones, Djokovic ha sido capaz de ganar siete torneos, con el Abierto de Australia y el Masters como mejores referencias, y con un sprint final arrollador ganando cuatro títulos consecutivos, Pekín, Shanghái, París-Bercy y la reunión de Maestros de Londres, en una desesperada lucha para recuperar el puesto de número uno, arrebatado por Nadal en la capital de China, y con 24 partidos ganados de forma consecutiva en el último repecho.

Los dos se han enfrentado este año en seis ocasiones, con empate a tres, aunque en el cómputo general, récord en la Era Open, Nadal domina por 22-17.

El zurdo español falló en Wimbledon, donde el belga Steve Darcis le apeó en primera ronda, y allí fue profeta en su tierra el escocés Andy Murray que acabó con una larga espera de 77 años para el tenis británico, alzándose con uno de los títulos que jamás ha deseado tanto una nación.

El tenis español acabó con dos jugadores entre los tres primeros lugares, ya que David Ferrer firmó una gran temporada, con dos títulos (Auckland y Buenos Aires) y seis finales, entre ellas la de Roland Garros, pero eso sí, perdidas consecutivamente, y quedó justo después de "Nole".

La temporada también marcó el descenso en la clasificación del considerado mejor jugador de todos los tiempos, el suizo Roger Federer, que terminará el año sexto del mundo. Con un solo título (Halle), sin entrenador tras despedir a Paul Annacone, cambiando de tamaño de raqueta, y con dudas sobre su juego, el de Basilea ha prometido prepararse a fondo para el 2014 y amenaza con regresar.

El que ha dado un salto de calidad, lo suficiente para amenazar en un futuro no muy lejano a los de la cúpula, es el argentino Juan Martín del Potro, ganador de cuatro torneos, Rotterdam, Washington, Tokio y Basilea, que ha finalizado quinto del mundo, pero a tan solo 545 puntos del tercero, ganando por primera vez en un mismo año a Djokovic, Nadal, Murray, Ferrer y Federer.

Por segundo año consecutivo, la República Checa se llevó la Copa Davis, al vencer a domicilio a la Serbia de Djokovic, con bajas de Janko Tipsarevic y de Victor Troicki en Belgrado, por 3-2, de nuevo con Radek Stepanek como héroe al ganar, como en el 2012 contra España en Praga, el último punto de la final.

El tenis español masculino ganó en total 17 torneos. A los de Nadal y Ferrer se añadieron los dos de Tommy Robredo: Casablanca y Umag, el de Albert Montañés en Niza, el de Feliciano López en Eatsbourne y el de Marcel Granollers en Kitzbuhel.

Nicolás Almagro cayó en las finales de Houston y Barcelona, Guilermo García López en Bucarest y San Petersburgo, Feliciano López en la de Memphis, Roberto Bautista Agut en la de Madras, y Fernando Verdasco en la de Bastad. En dobles, Fernando Verdasco y David Marrero lograron que el éxito español continuase en el Masters de Londres, donde sucedieron a Albert Montañés y Marc López, con el título de dobles.

En Copa Davis, tras perder la final del 2012 contra la República Checa en Praga, el conjunto español cedió a las primeras de cambio en su visita a Vancouver contra Canadá. Se recuperó luego la posibilidad de continuar en el Grupo Mundial con victoria ante Ucrania en Madrid, y la Federación Española no renovó en el cargo de capitán a Alex Corretja, eligiendo después a Carlos Moyá, que debutará en el equipo contra Alemania, allí, del 31 de enero al dos de febrero.

En el circuito femenino, la estadounidense Serena Williams demostró que pese a su edad, 32 años, cuando está bien físicamente no tiene rival. La menor de la saga ganó 11 torneos este año, entre ellos Roland Garros y el Abierto de Estados Unidos, y el Masters por cuarta vez, para acabar a final de año en el trono de la WTA por tercera vez en su carrera.

Su dominio no tuvo rival, porque aunque la bielorrusa Victoria Azarenka ganó tres torneos, entre ellos el Abierto de Australia, pocas jugadoras tuvieron oportunidad para brillar en esta temporada. Una de esas excepciones fue la rumana Simona Halep, que después de su operación de reducción de pechos, ganó seis títulos.

En Wimbledon, la francesa Marion Bartoli aprovechó la oportunidad de su vida para hacerse con el plato de campeona, en un año en el que la rusa Maria Sharapova se hizo con Indian Wells y Stuttgart, y puso fin a la temporada con demasiada antelación al resentirse del hombro derecho.

En la Copa Federación, Italia venció (4-0) con contundencia a Rusia, que falta de estrellas apenas pudo hacer frente a las Sara Errani y Roberta Vinci en la final disputada en Cagliari.

El tenis español comenzó con el título en la Copa Hopman, con Robredo y Anabel Medina, y retornando al Grupo Mundial en la Copa Federación, tras vencer a Ucrania, por 3-0 en Alicante, en el debut de Conchita Martínez como capitana.

Solo Laura Arruabarrena, ganadora en Cali, logró un título WTA, con Lourdes Domínguez cayendo en la final de Marrakech, y Carla Suárez en la de Estoril y Acapulco, aunque la canaria, acabaría en la mejor posición de su carrera, la 17, gracias a los cuartos del Abierto de Estados Unidos, octavos en Wimbledon, los cuartos de Roma, y las semifinales de Hertogenbosch.

La temporada terminó con la sanción de la Federación Internacional (FIT) a Nuria Llagostera, por dos años, al encontrarla culpable de dopaje. EFE.

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