Sin la presión de la afición de Mestalla, Unai Emery tenía que salir a por todas en el Bernabéu. Pero se olvidó en el vestuario 'la mentalidad ganadora'. Su estrategia dio los frutos deseados, puntuar en casa del líder, pero sufriendo y mirando la hora desde que Clos Gómez pitó el inicio del partido.
Emery se la jugó al no meter en el 'once' a su mejor artillero: Soldado. La justificación una sobrecarga. ¿Pero si tiene una sobrecarga por qué sí que salió en la segunda parte?
En la primera parte, hubo más intensidad en el área técnica valencianista que sobre el césped. Unai no dejó de dar órdenes, de gesticular, de agacharse, de gritar. Mientras en el campo Dani Parejo y Tino Costa intentaban plasmar las ideas del entrenador.
Aunque para la afición del Bernabéu el jugador más destacado fue Guaita perdiendo tiempo desde el minuto 7. Cada saque de portería se hizo eterno y el público no se lo perdonó, abucheándole y pitándole desde el principio.
En la segunda parte, los valencianistas salieron más motivados, con un lanzamiento al larguero de Tino Costa en el minuto 9, pero sobre todo con la mala suerte de los madridistas de cara a puerta (más de cuatro palos) y con un enorme Guaita bajo la portería.
Los valencianistas se vinieron arriba y empezaron a creerse que podían sacar algún punto. La estrategia de Unai Emery empezaba a funcionar, aunque sobre el campo no parecía que jugara el tercer equipo de la Liga BBVA.
Es el juego que silba la afición en Mestalla, no salir a por todas como un equipo grande. Aunque este Domingo de Resurrección, este punto sabe a gloria.
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