La otra cara de Ricardo Ferretti, sin bigote

  • Reconocido como el entrenador más duro del fútbol mexicano, fuera de la cancha el brasileño Ricardo "Tuca" Ferretti tiene su lado sentimental, el que mostró hoy al aparecer con el bigote rasurado en los entrenamientos de su equipo, el Tigres.

México, 7 nov.- Reconocido como el entrenador más duro del fútbol mexicano, fuera de la cancha el brasileño Ricardo "Tuca" Ferretti tiene su lado sentimental, el que mostró hoy al aparecer con el bigote rasurado en los entrenamientos de su equipo, el Tigres.

"Comentó que si le ganábamos el clásico (del norte) al Monterrey, se dejaba rasurar, lo dijo por encima, pero los chicos se lo tomaron en serio, así que el "Tuca" ahora anda como niño sin bigote", dijo el argentino Lucas Lobo, el jugador más talentoso del equipo, al contar la historia de la afeitada de su técnico.

Originario de Río de Janeiro, Ferretti llegó a México para jugar con el Atlas en 1977 y a partir de ahí pasó por Pumas, Neza, Monterrey y Toluca; en 1991 debutó como entrenador y desde entonces es el único manejador de México con más de 10 años de labor que nunca ha sido despedido.

Tiene fama de aplicar la disciplina a rajatabla y no se esconde para calificarse a sí mismo como un militar frustrado, lo cual se nota cuando en los entrenamientos le grita a los jugadores, a veces de manera exagerada, o en las conferencias de prensa, al subir el tono de las declaraciones.

Sin embargo, detrás del "ogro" que muchos prefieren evitar, hay un hombre de 58 años que en el 2009 sorprendió al dejarse rasurar el bigote para celebrar el título del torneo Clausura con los Pumas de la UNAM, su segundo cetro como entrenador después de haberse titulado con las Chivas de Guadalajara en el verano de 1997.

"Barba no tengo, me sale una reunión de hormigas", dijo en broma el año pasado cuando repitió la forma de celebrar al quitarse el mostacho después de ganar con Tigres el Apertura 2011.

Hace semanas que Ferretti parecía de malas, daba la impresión de que le molestaba todo y buscaba a quien cobrar la frustración por el mal paso de los Tigres, a punto de ser eliminados.

Pero hoy pareció reconciliarse consigo mismo y mostró su otra cara, un rostro de complacencia por haber vencido el pasado fin de semana a su rival más odiado, los Rayados de Monterrey.

Tal vez un hombre tan persistente en mostrarse como infalible no debiera flaquear así, pero en todo caso, su rostro sin bigote dio hoy la imagen de un tipo más humano y menos duro. Nada mal para un líder de grupo.

Mostrar comentarios