El Barcelona fue campeón durante varios minutos de la noche. Al descanso, con el 0-3 que reflejaba el marcador del Sánchez Pizjuán y el empate entre Real Madrid y Athletic, los de Guardiola pusieron a enfriar en cava en el vestuario. Pero el devenir de los segundos cuarenta y cinco minutos postergaron la celebración.
A cada tanto de Sevilla contestaba el equipo de Pellegrini, a más de 500 kilómetros de distancia, marcando a pares. Finalmente, los azulgranas lograron la victoria con un sufrimiento inesperado (2-3), y los madridistas con una holgura que se antojaba imposible en la primera parte (1-5).
En Barcelona (y también en la capital) dan por seguros los tres puntos ante el Valladolid, por lo que se ven como campeones, mientras que los blancos tendrán que ganar el Málaga (que se jugará el descenso, como los pucelanos), y esperar el tropiezo culé.
En la lucha por Europa, el Mallorca cayó derrotado en A Coruña (1-0) y no pudo aprovechar la derrota del Sevilla. El cuarto puesto, el último que da acceso a la Champions, se lo jugarán en la última jornada isleños y andaluces, al igual que el 6º, que se disputarán Getafe y Villarreal con el premio final de disputar la Europa League.
Por la parte de abajo, el descenso tendrá en vilo a cinco aficiones. Santander, Valladolid, Málaga, Tenerife y Jerez sufrirán con sus equipos en la última jornada. La victoria del Xerez de Gorosito ante el Zaragoza (2-1), hace que llegue con opciones a la jornada final, cuando mediada la temporada parecía tener los dos pies en Segunda. El equipo de Clemente, con mucho sufrimiento, superó a un rival directo como el Racing y sigue vivo, al igual que el Tenerife, con su empate ante el Almería.
Descansan ya Zaragoza y Sporting de Gijón, que están matemáticamente salvados, pese a que los maños perdieron y los asturianos no pasaron del empate con un Atlético de Madrid repleto de suplentes.
Día para las despedidas
Hubo varias ‘adioses’ esta jornada. Pires y Javi Venta se despidieron de El Madrigal, donde no seguirán jugando la próxima temporada, al igual que Tamudo que, entre lágrimas, hizo lo propio de la afición del Espanyol. En el Santiago Bernabéu hubo una segura y otra que se intuye: Metzelder recibió el reconocimiento del club con un breve homenaje previo al encuentro, y Guti, aunque no está confirmada todavía su marcha, se acercó al fondo sur del estadio para regalar su camiseta a los aficionados, en lo que parecía una despedida en toda regla.
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