La Premier cierra una temporada en la que el United no ha tenido rival

Guillermo Ximenis

Londres, 20 may.- La Premier League ha bajado el telón tras 38 intensas jornadas de una temporada en la que el genio de Robin Van Persie ha servido al Manchester United para desbancar a unos rivales que no han dado la talla ante la regularidad de los "diablos rojos".

El delantero holandés, que dejó el Arsenal el pasado verano a los 28 años para tratar de ganar los títulos que se le habían resistido a las órdenes del francés Arsène Wegner, no solo ha cumplido su propósito al conquistar su primera liga, sino que ha vuelto a coronarse como el máximo goleador de Inglaterra, con 26 tantos.

El Manchester City, que la pasada campaña les arrebató el campeonato a sus poderosos vecinos con un gol en el último suspiro del argentino Sergio Agüero, perdió la batalla en esta ocasión con un mes de antelación y ha terminado destituyendo a su entrenador, el italiano Roberto Mancini, ante sus pobres resultados al final de curso.

El "Kun", que firmó 23 goles la última temporada, ha sumado ahora trece y, como el resto del equipo, se ha quedado un peldaño por debajo del rendimiento que dio a los "citizens" su primera liga inglesa en 44 años.

El Chelsea, que ganó la Champions en 2012 y se presentaba como uno de los candidatos a luchar por la Premier, se derrumbó antes de Navidad en Europa, despidió al también italiano Roberto Di Matteo e inició un periodo de transición con Rafa Benítez en el banquillo.

El español, que deja Stamford Bridge al concluir la temporada, ha guiado al equipo a levantar la Liga Europa, pero la Premier ya estaba demasiado lejos cuando tomó las riendas del vestuario en noviembre como para revertir la situación de su equipo en la tabla.

Los "blues" afrontan el verano con dos notas positivas: un nuevo título europeo en sus vitrinas y la recuperación del olfato goleador de Fernando Torres.

El "Niño", peleado con el gol desde que aterrizó en Londres como uno de los fichajes más caros del fútbol mundial en 2011, ha vuelto a marcar esta temporada y ha acumulado 23 tantos, casi el doble de los que había sumado en las dos temporadas anteriores juntas (12).

También ha sufrido esta temporada el Arsenal, que ha batallado hasta la extenuación para meterse en la última jornada en la ronda previa de la Liga de Campeones, una competición en la que ha estado presente dieciséis temporadas consecutivas.

Así las cosas, Wenger es el único técnico entre los cuatro primeros equipos de la tabla que continuará previsiblemente al frente de su vestuario la próxima temporada.

Ferguson ha anunciado su retirada a los 71 años, después de haber acumulado 13 títulos de liga; Benítez dejará paso al portugués José Mourinho en el banquillo del Chelsea, según da por hecho la prensa británica, y Mancini no ha sobrevivido a la debacle de los "citizens", que cierran la campaña sin títulos.

Si bien el italiano confió hasta el último momento en que el jeque Mansour bin Zayed le mantendría a cargo del equipo, el dueño del club apostó por un cambio de aires en su vestuario después de que los "citizens" quedaran últimos en la primera ronda de la Champions, fracasaran en su intento por revalidar la Premier y perdieran además la final de la Copa de Inglaterra ante el modesto Wigan.

Los del español Roberto Martínez lograron en Wembley ante los "blues" uno de los mayores éxitos de su historia al conquistar la FA Cup apenas dos días antes de quedar condenados a la segunda división.

Los "latics" vivirán la próxima temporada la situación paradójica de disputar la Liga Europa, para la que han ganado una plaza gracias al título de Copa, desde la Championship.

Mejor suerte ha corrido el "Spanish" Swansea de Laudrup, que ha cerrado la temporada en la novena plaza con 46 puntos, si bien en algún momento el conjunto del español Miguel Pérez "Michu" había llegado a soñar con meterse en Europa.

El Southampton, por su parte, se ha salvado del descenso gracias al trabajo del argentino Mauricio Pochettino, que asumió el mando del vestuario en enero y espoleó a los suyos para alejarse de los últimos puestos.