La vida de película del 'futbolista de la ikurriña'

  • La historia de Euskadi marca en rojo tal día como hoy hace 35 años: Athletic y Real Sociedad salieron al viejo Atocha portando la ikurriña, una bandera que por entonces era ilegal. Este hito que unió fútbol y política tuvo un ideólogo, un futbolista de poco lustre de la Real Sociedad, Josean de la Hoz. Tras el fútbol, De la Hoz fue abogado de Herri Batasuna, fue condenado a ocho años de cárcel e indultado por el Gobierno de Zapatero. Una vida de película.
Quique Peinado

El cinco de diciembre de 1976, Atocha estalló de emoción. Iribar, capitán del Athletic de Bilbao, y Kortabarria, que portaba el brazalete en la Real Sociedad, salían al viejo campo donostiarra portando una ikurriña, una bandera prohibida en aquellos momentos en los que Euskadi reclamaba libertad con más fuerza que nunca. Los dos grandes equipos vascos se convertían en los estandartes de la bandera que representaba la identidad reprimida. Unos tipos vestidos con pantalones cortos y camisetas a rayas enseñaban lo que nadie se atrevía. Los 'grises' no dispararon. Comenzaba una nueva era.

La idea de retar a las autoridades con la bandera 'maldita' fue de Josean de la Hoz, modesto jugador de la Real que ese día no iba convocado: el vestuario txuri urdin aceptó, se lo comunicó a los jugadores del Athletic y éstos decidieron secundar la acción. La hermana de De la Hoz cosió la ikurriña, él la llevó al campo (de camino le paró la policía y le registró el coche, pero no se la encontraron) y, de calle, entró en el césped y se la dio a Kortabarria. De la Hoz aparece en la mítica foto de los capitanes detrás de la bandera, tapado por ella, vestido con unos pantalones vaqueros.

En 2010, recordaba lo ocurrido en una entrevista en 'Noticias de Gipuzkoa': "Kortabarria e Iribar se quedaron allí, pero yo tenía que volver a vestuarios y los dos policías nacionales me dijeron algo así como que eso no iba a quedar impune. Con la ikurriña no sé qué pasó, si te digo la verdad. La cogería algún jugador. No nos la quitaron, porque ahora está en el museo", señalaba. Y, sobre todo, situaba la acción en el contexto: "Era el año 1976, no había cuajado la democracia, estábamos en esa época de transición y el pueblo vasco estaba luchando por sus reivindicaciones. Nosotros también éramos el pueblo y teníamos que hacer algo para reivindicar los derechos del pueblo vasco".

Cuando se retiró del fútbol, De la Hoz Uranga se convirtió en abogado. Públicamente era conocido como el abogado de Herri Batasuna. En 1987, medió en el secuestro por parte de ETA del empresario vasco Andrés Gutiérrez Blanco. En 1994, la Audiencia Nacional consideró probado que De la Hoz no sólo había mediado, sino que había "actuado como mandatario de los etarras secuestradores", según decía la sentencia, para cobrar los 190 millones de pesetas (1,15 millones de euros) del rescate. Le condenó a ocho años de cárcel por colaboración con banda armada y detención ilegal.

El abogado solicitó el indulto y solamente estuvo seis meses en prisión. Tras 15 años de trámites y esperas, en enero de 2009 el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo dejó libre. Hoy sigue regentando su despacho en San Sebastián.

 

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