En una sociedad donde las prisas y los agobios están a la orden del día, es difícil imaginarse historias como la de Jean Béliveau. El pasado domingo, este norteamericano cumplió una de las mayores épicas que puede conseguir el hombre: dar la vuelta al mundo andando.
El pasado 18 de agosto del año 2000, a las 9:00 de la mañana, con su negocio arruinado y con el apoyo económico de su actual pareja, comenzó una caminata que ha durado 4077 días, once años y dos meses, con el único objetivo de luchar y defender 'la paz y la no violencia en beneficio de los niños del mundo'.
Durante este tiempo, Jean Béliveau ha recorrido más de 75.500 kilómetros, 64 países en los cinco continentes. Llevó turbante y unas largas barbas en Sudán, comió serpiente en China y perro en Corea, y fue escoltado por soldados armados en Filipinas. Una aventura que acabó el pasado domingo con su llegada a Montreal.
Cruzó el puente Lachapelle rodeado de unas cien personas, entre las que se encontraba su actual pareja, Luce Archambault, que viajaba cada año para ver a Béliveau, estuviera donde estuviera. Una verdadera historia de amor que Archambault califica como: 'Yo fui su Penélope y él es mi Ulises'. Además a su llegada conoció a su segunda nieta, que ya tiene 5 años.
Sin duda una rocambolesca historia, que pasará a los anales de la historia por su finalidad solidaria. Para conocer más en profundidad estos once años alrededor del mundo, Jean Béliveau dispone de su web personal (http://wwwalk.org) donde ha ido publicando cómo ha sido su viaje durante este tiempo.
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