Las 17 pieles del 'Loco' Abreu

  • El uruguayo está a un paso de regresar a España fichando por el Málaga y se convertirá en el jugador de la historia que ha estado en más clubes, nada menos que 17 en siete países diferentes.
El goleador uruguayo Abreu recibe una importante oferta del Málaga español
El goleador uruguayo Abreu recibe una importante oferta del Málaga español
S. Barriocanal
S. Barriocanal

Hace doce años, concretamente en las navidades de 1997, Augusto César Lendoiro fichó para el Deportivo, junto al 'Manteca' Martínez,  a Washington Sebastián Abreu (Minas, Uruguay, 17-10-1976). El presidente del Depor pagó 1.200 millones (por entonces de pesetas) y le firmó un contrato de diez años.  De esa década apenas estuvo un año en A Coruña, donde nunca pudo triunfar pese a que Lendoiro siempre fue uno de los máximos defensores del uruguayo, pero Irureta nunca lo quiso. Ni siquiera a su regreso en 2004, después de finalizar como máximo goleador del campeonato mexicano.

Desde su primera experiencia en España hasta hoy, momento en el que está a punto de regresar a nuestro país por tercera vez, en este caso al Málaga, el 'Loco' Abreu ha sido un auténtico 'nómada' del fútbol. Si finalmente ficha por el Málaga, o por cualquier otro club español de los que le pretenden, será el futbolista que más camisetas ha vestido en la historia del fútbol moderno. La del equipo de La Rosaleda sería la número 17 (sin contar la de la selección de Uruguay) y curiosamente los tres equipos en los que jugaría en España: Depor, Real Sociedad y Málaga, visten de blanquiazul.

La trayectoria de Abreu en cuanto a clubes es espectacular: Defensor de Montevideo (Uruguay), Nacional de Montevideo (Uruguay), San Lorenzo de Almagro (Argentina), Deportivo (España), Gremio de Porto Alegre (Brasil), Tecos, Cruz Azul, América, Dorados (donde estuvo a las órdenes de Lillo y compartió vestuario con Guardiola), Monterrey, San Luis, Tigres (todos ellos en México donde marcó nada menos que 128 goles) Beitar de Jerusalem (Israel), River Plate (Argentina), Real Sociedad (España) y Aris de Salónica (Grecia), club en el que milita en la actualidad. En total siete países y más de 230 goles. Es además, el segundo máximo goleador (28) de la historia de la selección de Uruguay.

 

Ahora, el delantero uruguayo ya prepara otra mudanza para aterrizar en Málaga, donde espera estar más que lo que queda de temporada. El Loco Abreu explicó a lainformacion.com que el regreso a la Primera división española "es un nuevo desafío. Cuando fiché por la Real Sociedad sabía que volver a Europa podía relanzar mi carrera y así ha sido, porque en Sudamérica veía que el fútbol se me acababa. Pese a mi trayectoria he seguido creciendo y jugar otra vez en la primera de España es todo un sueño". De su etapa en el Deportivo y en nuestra liga el uruguayo asegura que "queda muy lejos. Ahora tengo mucha más experiencia, más madurez y más trayectoria. Me encantaría jugar en Riazor. En A Coruña sigo teniendo buenos amigos y siempre me han tratado muy bien".

 Íntimo amigo de Juanma Lillo, a Sebastián Abreu se le abre otra opción en España y es el Almería. De momento las negociaciones "son con el Málaga, donde está Munúa y mi ídolo desde que era pequeño que es Dely Valdés. A ver si se cierra pronto y puedo viajar", asegura.  Además está el Mundial y Abreu confiesa que necesita "competir al máximo nivel. Voy a hacer todo lo posible porque jugar en el Málaga significa volver al fútbol de elite".

 

Las locuras quedaron atrás

Abreu es un auténtico ídolo tanto en su país, Uruguay, como en Argentina donde ha sido actor en telenovelas y programas de televisión.  Las excentricidades de antaño han dejado paso a un futbolista "más maduro". En su camiseta ya no aparece 'Loco', ni le echa Coca-Cola al vino caro, ni se rompe dedos del pie dando patadas a las botas para celebrar un gol.  Ese 'Loco' que a los 17 años se entrevistó a sí mismo cuando jugaba al baloncesto, su primer deporte profesional, y hacía de plumilla para una revista -"me dijeron que le hiciera una nota a la estrella del partido y es lo que hice"- es hoy un futbolista veterano y comprometido: "Son más años, responsabilidades y madurez", apunta. Hasta hace poco entraba en las áreas a rematar los saques de esquina gritando ¡Llega el tsunami del área! "Hasta los rivales se morían de risa", confiesa. Sigue jugando con una camiseta debajo de la oficial cosida a retales, con recuerdos de otros clubes, con fotos de sus hijos, que ya son cuatro porque el pasado año "nacieron los gemelos Franco y Facundo".

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