Al de Fuenlabrada le ha pasado factura el bajo estado de forma que ha mostrado desde que se lesionó en la final del Mundial de Sudáfrica. Ni en sus últimos meses en el Livepool, ni en los partidos que ha jugado con el Chelsea desde que Abramovich pagó 58 millones de libras por él, se ha visto al Torres que se aupó como uno de los mejores arietes del mundo. Ante Chile, aunque terminó como capitán, no fue de la partida, su puesto lo ocupó en el once titular Negredo. Y este martes, frente a la débil Liechtenstein, tuvo que ver el partido y la goleada desde la grada (6-0).
Los 'culpables' del descarte de Fernando Torres fueron dos: Álvaro Negredo y Fernando Llorente. El delantero vallecano se ha ganado el puesto en la Selección a base de goles con el Sevilla. La marcha de Luis Fabiano del equipo hispalense fue como soltar lastre para el ariete, que se destapó con goles y grandes actuaciones en el Sánchez Pizjuán. Esta temporada la ha iniciado como terminó la anterior: enchufado. A Del Bosque no le tembló el pulso para darle la titularidad ante Chile y también frente a Liechtenstein, y Negredo le devolvió la confianza con dos goles.
El técnico salmantino dejó como recambio en el banquillo a Fernando Llorente, el jugador de más aclamado por el estadio de Las Gaunas, ya que el jugador del Athletic es oriundo de La Rioja. Tuvo sus minutos en la segunda parte, ante la locura de los aficionados que acudieron al estadio. No encontró el gol, pero peleó, ayudó y tuvo ocasiones. Alguna muy clara como la que desperdició a falta de cuatro minutos para el final tras un gran pase de Villa.
Todo esto lo vivió Torres desde su asiento en la zona reservada para los jugadores del renovado estadio riojano. Presenció y contrastó cómo el puesto de '9' en la Selección está más caro que nunca, y que si no encuentra su mejor estado de forma, la Eurocopa peligra.
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