Las "malas compañías" de los futbolistas en el "calcio"

  • Las lágrimas del capitán del Palermo, Fabrizio Miccoli, y sus excusas por las "malas compañías" que le han llevado a estar investigado por extorsión han rememorado en Italia los numerosos casos en los que futbolistas y mafia acabaron entrelazándose.

Cristina Cabrejas

Roma, 28 jun.- Las lágrimas del capitán del Palermo, Fabrizio Miccoli, y sus excusas por las "malas compañías" que le han llevado a estar investigado por extorsión han rememorado en Italia los numerosos casos en los que futbolistas y mafia acabaron entrelazándose.

Miccoli está siendo investigado por extorsión y violación de sistemas informáticos por la fiscalía de la capital siciliana en un caso relacionado con uno de sus amigos, Mauro, hijo del conocido jefe de Cosa Nostra Antonino Lauricella.

"No soy un mafioso. Estoy contra la mafia y quiero demostrarlo. He intentado en todos estos años no ser sólo el capitán del Palermo sino Fabrizio para todos. He dejado de lado a mi familia para convertirme en un verdadero palermitano y por ello me he acercado a personas pensando que eran amigos y me he equivocado", explicó Miccoli en una rueda de prensa.

Mauro Lauricella, hijo del capo de Cosa Nostra conocido como "Scintilluni" y actualmente detenido, presumía de su amistad con Miccoli y colgaba fotos en las redes sociales en fiestas y cenas con el delantero.

Imágenes que han hecho recordar la del argentino Diego Armando Maradona durante su etapa en el Nápoles, cuando se fotografió junto con los hermanos Giuliano, jefes de la Camorra del barrio napolitano de Forcella, en su bañera en forma de concha dorada.

Un error por parte del "Pibe de oro", pero justificado entonces porque la estrella argentina no podía conocer quienes eran las personas que se le acercaban y le invitaban a cenar.

"Me hice muy amigo de Maradona, que venía a menudo a mi casa, pero sólo porque decía que se lo pasaba bien conmigo y sólo en un par de ocasiones me pidió si le podía procurar cocaína para uso personal", desveló durante un proceso también Salvatore Lo Russo, uno de los poderosos jefes de la Camorra y ahora colaborador de la justicia.

Otro delantero argentino del Nápoles (2007-2012) Ezequiel Lavezzi también tuvo que ser interrogado por la fiscalía en el marco de una investigación sobre las actividades de lavado de dinero de la camorra, la mafia local.

Lavezzi fue interrogado como testigo debido a que conocía a Marco Iorio, propietario de una cadena de restaurantes, locales y pizzerías y que fue arrestado el pasado mayo por asociación mafiosa.

Mientras que tuvo una gran repercusión en todo el mundo, la noticia de que el entonces futbolista del Manchester City, actualmente en el Milan Mario Balotelli se dio un paseo en compañía de algunos camorristas por el barrio de Scampia.

Según investigaciones, Balotelli se encontraba en el barrio de Scampia la mañana del 8 de junio de 2010, en compañía de dos miembros importantes de dos de los clanes más poderosos de la periferia norte de Nápoles, Salvatore Silvestri, del clan "Lo Russo", y Biagio Esposito, del clan de los "escisionistas".

Balotelli siempre se ha defendido al asegurar que sólo quería conocer el barrio, famoso por el tráfico de drogas controlado por la Camorra, después de ver la película "Gomorra", pero que no sabía quiénes eran sus acompañantes.

También el siciliano Salvatore Schillaci, uno de los héroes del Mundial de Italia 90, exdelantero de Messina, Juventus e Inter se vio implicado en un asunto mafioso, aunque sin consecuencias, por supuestas relaciones con la familia mafiosa de Della Noce.

La amenaza de Schilacci a un adversario, Fabio Poli, en un Bolonia-Juventus, cuando al terminar el encuentro le dijo: "Haré que te maten" fue ampliamente criticada durante la carrera del jugador.

A parte de los escándalos relacionados con las apuestas deportivas, que se enmarcan en otro ámbito de organizaciones criminales, son varios los jugadores que han terminado en Italia salpicados por alguna investigación o sospecha por sus malas compañías.

Pero siempre se ha demostrado su buena fe y sólo se les ha criticado la falta de selección de sus amistades.

Lo único hasta ahora comprobable es que para los mafiosos la foto con el futbolista de su equipo es considerada un enorme trofeo.EFE.

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