Las medallas dulces de Albert Subirats

  • A los 27 años, con una cirugía de hombro, el excampeón mundial venezolano Albert Subirats cree que cada final puede ser la última de su vida y por eso le encuentra el mejor sabor a todas las medallas que besa en estos días.

Gustavo Borges

Santiago de Chile, 8 mar.- A los 27 años, con una cirugía de hombro, el excampeón mundial venezolano Albert Subirats cree que cada final puede ser la última de su vida y por eso le encuentra el mejor sabor a todas las medallas que besa en estos días.

"Todas son dulces, la de ayer quizás un poquito más por mi buen rendimiento; no es fácil hacer el mejor registro de mi vida a mi edad", dijo a Efe el nadador luego de ganar la final de los 100 metros espalda de los Juegos Sudamericanos de Santiago de Chile.

Con una gran personalidad que se combina con su carácter abierto, Subirats es el líder del equipo de natación de Venezuela en el que lo respetan por haber ganado el título mundial de piscina corta en el año 2010 y por sus tiempos de nivel mundial.

Ayer, el deportista originario de Valencia se impuso en los 100 espalda con 54:31 segundos al argentino Federico Grabich (55:22) y al brasileño Fernando Pires (55:27) en una prueba en la que el medallista olímpico Thiago Pereira se fue sin medallas.

"Hice mi récord personal y por primera vez le gané a ese monstruo que es Thiago, no puedo pedir mucho más a mi edad", asegura.

Albert se sometió a una cirugía de ligamento del hombro derecho poco antes de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, aceleró el proceso de recuperación para ver si podía competir en esa justa y recayó. "Apenas ahora recuperé la salud, llevo ocho meses entrenándome como se debe y eso no me pasaba hace como cinco años", dice.

A pesar de su salud, Subirats reconoce que su hombro operado se cansa más rápido y asume eso como una luz roja, indicadora de que cada día puede ser el último.

"Gané un título de campeón mundial pero eso fue hace mucho tiempo y en los últimos años competí poco. A estas alturas una persona competitiva como yo disfruta desde ganar un Campeonato Nacional hasta la competencia de mayor nivel", comenta para explicar su ataque de alegría de ayer cuando ganó en los Odesur.

El venezolano celebró poco este sábado para concentrarse en su nuevo reto, los 100 metros estilo mariposa, en los que tendrá rivales como los brasileños Nicolás Santos, finalista mundial, y Fernando Silva, medallista de Copa del Mundo, el paraguayo Benjamín Hockin, con cuatro preseas en los pasados Odesur, y el peruano Mauricio Fiol, finalista de Copa Mundial.

"Cualquiera de nosotros puede ganar el oro, será una competencia dura y yo buscaré mejorar mi récord sudamericano de 50:65 segundos", dice, convencido de que si se supera a sí mismo tendrá recorrida la principal parte del camino a la medalla de oro.

Aunque ha nadado en las albercas más reconocidas del mundo, Albert ha agradecido lanzarse a la modesta pileta de Santiago de Chile en la cual ha vuelto a besar una medalla de oro y se ha reencontrado con su sabor dulce.

Sabe que cada amanecer puede ser el último como nadador y eso le ha permitido recuperar la capacidad de asombro y apreciar por igual todas las medallas que más que el ego, ratifican su mejor regalo: la salud.

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