Lavillenie: "Todavía puedo progresar"

  • El francés Renaud Lavillenie, el hombre que destronó a Sergei Bubka como plusmarquista mundial de salto con pértiga, aseguró que siente que puede mejorar la marca de 6,16 que logró el pasado sábado en Donetsk.

París, 17 feb.- El francés Renaud Lavillenie, el hombre que destronó a Sergei Bubka como plusmarquista mundial de salto con pértiga, aseguró que siente que puede mejorar la marca de 6,16 que logró el pasado sábado en Donetsk.

"Todavía soy joven, me quedan años y competiciones por delante. Creo que tengo medios de progresar. Me quedan cosas que afinar, esto no ha terminado. Tengo las ganas y la motivación de ir todavía más lejos", afirmó el atleta en París en una rueda de prensa.

Lavillenie no podrá participar, sin embargo, en los Mundiales de pista cubierta de la localidad polaca de Sopot el mes próximo.

El atleta francés se lesionó en Ucrania cuando, nada más batir el mítico récord de Bubka en el primer intento, afrontó los 6,21 y la pértiga se le rompió.

Lavillenie explicó que sufrió una profunda brecha en el talón izquierdo y que tuvieron que darle 16 puntos de sutura.

"No volveré hasta que esté totalmente recuperado, quiero estar al cien por cien en verano", afirmó.

Lavillenie retornará a la competición a finales de abril, con la vista puesta en los Europeos de Zúrich de agosto y en renovar su título de la Liga de Diamante.

El francés confesó que todavía no se ha dado cuenta de su proeza, lograda en el país de Bubka, en el mitin que el legendario saltador creó en los años 90, el mismo en el que quedó enterrado su récord de 6,15 que cumplía 21 años.

"Es el relevo más bonito que se puede tener", afirmó el francés, que se deshizo en alabanzas con el ruso.

"Voy a necesitar tiempo para darme cuenta, pero no tengo ninguna prisa", aseguró Lavillenie.

En esa misma pista, Bubka batió el récord del mundo en tres ocasiones y la rusa Yalena Isinbayeva, en ocho.

Era el escenario ideal para asaltar la mítica marca. "Para mí el récord no era un objetivo, pero lo cierto es que en los últimos meses he visto mi rendimiento progresar", aseguró.

Asaltar la marca de Bubka comenzó a entrar en la cabeza de Lavillenie el año pasado.

En los Europeos de Goteborg, el francés superó la barra a 6,07, una marca que solo el ruso había logrado en toda la historia. Pero los jueces invalidaron el salto, lo que hizo aparecer las lágrimas de impotencia en el atleta francés que, sin embargo, acababa de ganar el oro.

"En aquel momento me di cuenta de que el récord era posible, que me acercaba. En diciembre mis entrenamientos mejoraron mucho. Además, utilicé pértigas más largas y sentí que ese podía ser el punto clave", subrayó.

En el año 2014 el acoso a la marca de Bubka fue total. El 25 de enero saltó 6,04 en Rouen y una semana más tarde superó los 6,08 en Bydgoszcz (Polonia).

Su actuación en Donetsk, un lugar propicio para marcar récords, había llamado la atención de muchos especialistas.

Ambicioso, con el histórico récord en su poder, Lavillenie no se quedó parado.

"Tenía que intentar ir un poco más lejos, quería probarme para el futuro", afirmó para justificar su intento sobre 6,21.

Lavillenie consideró su récord como una venganza de los pequeños. Con 176 centímetros de altura y 70 kilos de peso, el francés posee un físico poco común entre los saltadores.

"Para mí era muy importante demostrar que no hace falta ser grande para saltar muy alto. Hace cinco años nadie apostaba por un saltador de menos de 190 centímetros. Creo que es bueno que caigan estas ideas preconcebidas, para que cualquier joven pueda dedicarse a esto", señaló el francés, y dijo que le gustaría que su récord fuera superado por alguien más pequeño que él.

Pequeño pero trabajador, Lavillenie es un "loco" del esfuerzo, según sus entrenadores, que recuerdan que multiplica las horas de entrenamiento, que puede llegar a saltar hasta 100 veces en una jornada, incluso en la pista que se ha hecho construir en el jardín de su casa en Auvernia.

Todo en busca de la perfección que ahora va a poner al servicio de elevar la barra lo máximo posible.

Ese es su próximo objetivo, al igual que ganar una segunda medalla olímpica en Río de Janeiro, tras la lograda en Londres, lo que le haría superar a Bubka, al que también puede arrebatar el récord en unos Mundiales, que el ruso situó en 6,14 en Sestrieres en 1994.

Pletórico, Lavillenie aprovechó para hacer un guiño a la posible candidatura de París a la organización de los Juegos de 2024 y se comprometió a alargar su carrera si se disputan en su país.

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