Laviña, del Fuenlabrada, dice que sigue pensando que va a "jugar muy bien el siguiente partido"

  • Madrid.- Ferrán Laviña, escolta barcelonés de 33 años y capitán del Ayuda en Acción Fuenlabrada, sigue luchando para reivindicarse como el fichaje nacional más importante del club, y más ahora, en la última fase de una temporada salvada sin brillantez en lo colectivo con la permanencia matemática en la Liga ACB y un tanto gris en lo personal.

Laviña, del Fuenlabrada, dice que sigue pensando que va a "jugar muy bien el siguiente partido"
Laviña, del Fuenlabrada, dice que sigue pensando que va a "jugar muy bien el siguiente partido"

Madrid.- Ferrán Laviña, escolta barcelonés de 33 años y capitán del Ayuda en Acción Fuenlabrada, sigue luchando para reivindicarse como el fichaje nacional más importante del club, y más ahora, en la última fase de una temporada salvada sin brillantez en lo colectivo con la permanencia matemática en la Liga ACB y un tanto gris en lo personal.

El partido del próximo domingo en Manresa, cuna como jugador de elite de Laviña, puede ser una ocasión propicia para ello: "Antes que nada debo aclarar que lo más me importa es el equipo, quiero ayudar a ganar los tres partidos que nos quedan. Mi situación individual está siendo incómoda, el club y la afición me han otorgado una confianza que, de momento, no he logrado corresponder", indicó.

"Uno, aunque entiendo que la gente desconfíe, siempre tiene en mente jugar muy bien el siguiente partido, ése es mi objetivo, jugar muy bien en Manresa para que el equipo gane", precisó.

La brillante actuación de las grandes individualidades del Fuenlabrada ha permitido al club madrileño vivir un final de temporada tranquilo y con los deberes hechos, aunque un análisis profundo del curso provoca una inmediata autocrítica, como reconoce el capitán del equipo.

"Creo firmemente que no tenemos nada que reprocharnos a grandes rasgos, pero sí tomar nota de un año con demasiados altibajos. El equipo empezó de forma brillante y supo asimilar el golpe de que nos bajaran de la nube de golpe, es un mérito, no es difícil hundirte en esas circunstancias y más aún con tantos jugadores debutantes en la ACB", aseveró.

"Ahora bien", continuó "que la trayectoria ha sido de una irregularidad desesperante y que no hemos funcionado como equipo es una realidad que no se puede esconder".

El manresano pabellón 'Nou Congost' fue el escenario del crecimiento como jugador de Laviña. Su público, entregado antaño a la profesionalidad y rendimiento del jugador, no le supo perdonar su fichaje por el Joventut de Badalona hace cuatro temporadas.

Su primer regreso a Manresa fue traumático, pero el tiempo ha atemperado las cosas: "El primer año me pitaron, no les gustó que me fuese al gran rival, otros lo entendieron mejor. Bueno, así son las cosas, las opiniones son respetables. Ahora trato con toda la gente de Manresa con normalidad, yo les tengo un enorme cariño y ellos, al menos, me respetan", explicó.

El equipo dirigido por Jaume Ponsarnau -"un gran entrenador", según el jugador del Fuenlabrada-, ha sido la antítesis del cuadro madrileño esta temporada.

El bloque y el equipo como fundamentos innegociables les han llevado a completar una buena temporada, aunque Laviña matiza acerca del potencial del Suzuki Manresa: "Históricamente se ha hablado demasiado de Manresa citando sólo su valor como equipo y es un error. Allí siempre han tenido excelentes jugadores que luego han pasado a equipo de mayor presupuesto. Es difícil hacer un buen equipo con malos jugadores y Manresa tiene un gran equipo con buenos jugadores".

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