LeBron James, un ganador insaciable

  • Hace cinco semanas se alzaba con su primer y tan ansiado anillo tras nueve temporadas en la NBA y ahora se prepara para debutar en los Juegos de Londres y añadir una segunda medalla de oro olímpica a su expediente, un reto que deja clara la mentalidad ganadora de un jugador único: LeBron James.

Antonio Martín Guirado

Londres, 28 jul.- Hace cinco semanas se alzaba con su primer y tan ansiado anillo tras nueve temporadas en la NBA y ahora se prepara para debutar en los Juegos de Londres y añadir una segunda medalla de oro olímpica a su expediente, un reto que deja clara la mentalidad ganadora de un jugador único: LeBron James.

"Es la razón por la que estoy aquí, por la que decidí venir a jugar. Quiero ganar. Quiero seguir ganando", dijo a Efe esta fuerza de la naturaleza justo antes de salir a entrenar en las instalaciones de la University of East London, donde se prepara el conjunto de Mike Krzyzewski.

El jugador de los Miami Heat suena rotundo cuando habla. Apenas duda. Mantiene un discurso muy claro que no deja lugar a dudas acerca de su claridad de pensamiento y madurez como jugador, y no tiene inconveniente en esconder la sensación de superioridad que se palpa en cada uno de los choques de Estados Unidos.

"Cualquier equipo al que nos midamos puede ser una amenaza real si no afrontamos el partido con la mentalidad adecuada y si no jugamos como sabemos", indicó a Efe el alero de 27 años, que recordó como prueba de ello el reciente amistoso frente a Argentina, saldado con victoria norteamericana por 86-80.

"Trato de ganar siempre, aquí y en la NBA. Para nosotros no es importante si arrasamos a los rivales o no. No nos van a dar dos victorias por ganar de más o menos puntos. El objetivo debe ser ganar y jugar bien", declaró a Efe.

En el búnker de los estadounidenses se respira un ambiente de gran camaradería. Algunos de los jugadores se han convertido ahora en compañeros inseparables tras ser rivales encarnizados en las pasadas Finales de la NBA, donde James superó a Kevin Durant, Russell Westbrook y James Harden (Oklahoma City Thunder), con quien comparte risas y cantos de rap antes de atender a los medios.

No sólo eso. También dio la vuelta al estadio olímpico junto a él en la ceremonia de inauguración de los Juegos. James está disfrutando, pero ni siquiera el haber ganado ese anhelado anillo va a hacer que cambie su mentalidad.

"No juego al baloncesto para cambiar la percepción que tiene la gente o mis compañeros de mí. Juego al máximo nivel y lo hago por amor al deporte. La gente seguirá diciendo lo que quiera sobre mí, gane o pierda, así que no me preocupo demasiado", comentó ya en declaraciones a un grupo de medios.

Estados Unidos debuta mañana a las 14:30 hora local frente a la Francia de Tony Parker. James quiere que los suyos empiecen con una gran exhibición, pero no deja de subrayar el respeto que tienen a su rival. Al de mañana y al de cualquier día.

"El baloncesto es enorme hoy día, no sólo en Estados Unidos", afirmó el jugador. "Creo que todos somos conscientes de ello. Sigue creciendo a gran escala y a mucha velocidad, pero no por ello sentimos una mayor presión. Las expectativas son siempre las mismas en nuestro caso. Todo el mundo espera el oro", declaró.

Además de la velocidad y calidad de Parker, James destacó el poderío de Boris Diaw en la zona, la versatilidad de Nicolas Batum y la intensidad de Ronny Turiaf, su compañero en los Heat.

"Estoy deseando empezar para comprobar dónde está nuestro nivel realmente ya en competición real. Todos los equipos nos conocen muy bien pero nosotros no vamos a subestimar a nadie. Es un partido importante para nosotros", sostuvo.

James repite como un mantra aquello de que el baloncesto ha crecido universalmente y que cada año los equipos rivales mejoran, pero él se defiende y arguye que Estados Unidos tampoco se relaja.

"Por supuesto que el mundo ha mejorado. El juego ha crecido en los últimos cuatro años pero nosotros también. Estamos listos para el reto", apuntó el tres veces MVP de la NBA, aún "abrumado" por la ceremonia a la que asistió la pasada noche en el estadio olímpico.

"Ver a todos los atletas del mundo en un solo recinto me impresionó. Todos estábamos allí reunidos por el deporte y eso tiene un gran significado. Todos los que han llegado hasta aquí se lo han ganado a pulso. Formar parte del equipo estadounidense me hace sentir muy humilde", declaró.

Pero de toda la ceremonia se quedó con un detalle.

"Ver a Muhammad Ali fue tremendo. Realmente emocionante", finalizó.

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