Cristiano Ronaldo se presentaba en el Levante-Real Madrid consciente de lo importante que era para su equipo. Ante la ausencia de Higuaín y Benzema por lesión, el luso era el gran estilete ofensivo de los suyos y jugó de '9' con la obligación de ver puerta.
Sin embargo, a los tres minutos de partido la situación se le oscureció: recibió un codazo en una ceja de Navarro que le obligó a retirarse momentáneamente ya que sangraba en abundancia. Después de cinco minutos siendo 'cosido' en la banda, Cristiano volvió con ganas al partido al filo del minuto diez.
El partido era casi de waterpolo, pero Ronaldo no le volvió la cara al partido. Intentó una jugada por la izquierda cuyo centro despejó la defensa, vio una tarjeta amarilla por tocar el balón con la mano en el minuto 18 y marcó el primer gol del partido poco después.
Un balón colgado tras el saque de una falta terminó en los pies del luso, que controló y fusiló a Munúa para hacer el 0-1 y completar así una media hora en la que fue el protagonista absoluto del partido. Después, en el descanso, fue sustituido.
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