Llorente vivió su junta más difícil en el día del regreso de Francisco Roig

  • El presidente del Valencia CF, Manuel Llorente vivió hoy, en el cuarto año de su mandato, la junta de accionistas más complicada desde su llegada al cargo, en la que el ex presidente de la entidad, Francisco Roig, le acusó de traidor y madridista y también de percibir un salario escandaloso.

Alfonso Gil

Valencia, 9 nov.- El presidente del Valencia CF, Manuel Llorente vivió hoy, en el cuarto año de su mandato, la junta de accionistas más complicada desde su llegada al cargo, en la que el ex presidente de la entidad, Francisco Roig, le acusó de traidor y madridista y también de percibir un salario escandaloso.

La parte formal de la junta no presentó sorpresas porque los planteamientos del consejo de administración salieron adelante sin problemas con el apoyo de las acciones de la Fundación Valencia CF, que posee el setenta por ciento de los títulos de la entidad.

Aunque algún accionista pidió que esta fundación no votara, un 99 por ciento del capital social presente en la junta aprobó la cuenta de resultados y el presupuesto de la campaña.

Llorente explicó que la deuda del club había disminuido de 550 a 377 millones de euros, que la venta de jugadores ha sido necesaria para la supervivencia del Valencia y que pese a ello el equipo ha mantenido la tercera posición en las tres últimas ligas y, como consecuencia, ha disputado la Liga de Campeones.

El presidente del club escuchó más críticas que muestras de apoyo por parte de los intervinientes y se le pidió la convocatoria de elecciones, que tomara ejemplo de la gestión del Levante UD y que fuera capaz de ilusionar a la afición del Valencia.

Durante la intervención de los accionistas se criticó la falta de capacidad del consejo para buscar nuevos ingresos más allá de los traspasos, así como la indemnización recibida por Javier Gómez, ex vicepresidente del club, o que el consejo estuviera todavía pendiente de la herencia de la deuda de 550 millones de euros recibida hace tres años, en el momento en el que inició su gestión.

También se aludió a las dificultades para que la Fundación Valencia CF pague en breve los intereses del préstamo que recibió para adquirir acciones en la ampliación de capital y se criticó el poder de esta fundación.

La perdida de abonados también fue cuestionada y en la parcela deportiva se criticó la venta de jugadores, el excesivo número de extranjeros y el descenso de los internacionales y de la calidad de la plantilla. Uno de los asistentes incluso dijo que mucha gente pensaba que el "cash-flow" era el nombre de un futbolista.

Un accionista, Rafael Rocati, afirmó que la Fundación Valencia CF era la "Fundación Al Capone" y señaló que la dirección del club se basaba en la "inmoralidad". Pidió, además, un descenso en los precios de abonos y entradas, excepto en las localidades más caras.

Además, hubo preguntas sobre la viabilidad de las finalización de las obras del nuevo campo de Mestalla.

Uno de los más críticos con Llorente fue Roig. Juntos habían compartido una etapa en la entidad entre 1995 y 1997. Roig le criticó, además de por su salario, por su gestión, y aventuró que dejará al Valencia "seco" y que el próximo traspaso que llevará a cabo será el de Sophiane Feghouli.

Roig también recibió críticas por haber sido el primer presidente que cobró en el Valencia por ejercer su cargo y hasta se escuchó algún insulto, además de criticar a los miembros de la Fundación Valencia CF que representaban a esta entidad en la junta y de pedir a Llorente que informara de si su contrato está blindado o no.

Además, las alusiones a anteriores presidentes, a la empresa Newcoval, generada para la venta del estadio y la construcción del nuevo, y sobre todo a Bankia fueron constantes. Tampoco faltaron las críticas a decisión de reducir el valor nominal de las acciones de la entidad.

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