Londres, Hamburgo y La Coruña devuelven la rutina al maratón

José Antonio Diego

Madrid, 21 abr.- El recuerdo hacia las víctimas del atentado de Boston compitió hoy, seis días después, en los maratones de Londres, Hamburgo y La Coruña con el anhelo de recuperar la rutina, relegando al olvido la tragedia, y el firme propósito de no claudicar ante la amenaza terrorista.

Un fuerte aumento en el contingente policial, la retirada de papeleras en las inmediaciones de la meta y una vigilancia especial a lo largo del recorrido permitieron que las tres carreras discurrieran sin incidentes de consideración.

En Hamburgo, una estación de metro, lejos del recorrido del maratón, fue desalojada -y su correspondiente línea detenida por motivos de seguridad- al descubrirse una mochila sospechosa en su interior. Por fortuna, se trataba de una falsa alarma.

El maratón de Londres, con diferencia el más prestigioso de los disputados hoy en todo el mundo, arrancó con 30 segundos de silencio por las víctimas de Boston. Hamburgo y La Coruña alargaron a un minuto el recogimiento. Las tres repartieron cintas negras entre los corredores para rendir tributo a las víctimas.

Fueron homenajes masivos. En la línea de salida había más de 36.000 corredores en Londres, algo menos de 20.000 en Hamburgo y casi 3.000 en La Coruña, todos ellos determinados a no dejar que el terrorismo cancelara su sueño de terminar el maratón, una carrera que exige grandes sacrificios durante meses.

Las explosiones del pasado lunes en Boston, que costaron la vida a tres personas y causaron heridas a 176, produjeron, paradójicamente, un efecto favorable en la marcha de las inscripciones, que en Madrid experimentaron una súbita aceleración al día siguiente de la tragedia.

Las medidas de seguridad han sido particularmente reforzadas en Londres, una ciudad que en 2005 sufrió el azote del terrorismo y que el año pasado organizó, sin el menor incidente, los Juegos Olímpicos de verano.

El maratón de Londres discurrió sin incidencias y terminó con la inesperada victoria de un corredor etíope de apenas 158 centímetros de estatura, Tsegaye Kebede, que atrapó en el último kilómetro, ya casi en la avenida de Mall, al espigado Emmanuel Mutai y le batió sin remisión con un tiempo de 2h06:03, evitando que el keniano repitiera triunfo dos años después.

Mutai llegó a soñar con batir el récord del mundo, pero el ritmo brutal que, al impulso de cinco liebres, registró la carrera en su primer mitad (1h01:34), terminó por pasarle amarga factura en el último tramo.

En la carrera femenina, la keniana Priscah Jeptoo, actual subcampeona mundial y olímpica, consiguió la victoria más prestigiosa de su carrera deportiva con un tiempo de 2h20:14, el mismo que el año pasado sólo le dio el tercer puesto.

Jeptoo, de 28 años, precedió en la meta a su compatriota Edna Kiplagat, actual campeona del mundo, que cruzó la meta segunda, como el año pasado, a más de un minuto de la ganadora.

En Hamburgo (norte de Alemania), el keniano Eliud Kipchoge, que hasta hoy había conseguido sus mayores éxitos en 5.000 metros (campeón mundial en 2003, subcampeón olímpico en Pekín 2008), ganó un maratón cuya 28 edición estuvo marcada, también, por el recuerdo de lo ocurrido en Boston el lunes pasado.

Kipchoge completó los 42,195 kilómetros en 2h05:30, nuevo récord de la carrera alemana, por delante del etíope Limenih Getachew (2h07:35) y del también keniano Lawrence Kimaiyo (2h10:27).

En la categoría femenina se impuso la lituana Diana Lobacevske, con un registro de 2h29:17, seguida de la checa Maja Neuenschwander (2h30:50) y de la keniana Priscilla Lorchima (2h31:23).

La gran mayoría de los participantes portaban una cinta amarilla y verde con el eslogan "Run for Boston" (Corre por Boston) en el brazo.

El domingo próximo será el turno del maratón de Madrid. Mañana mismo la Delegación del Gobierno se reunirá con responsables del Ayuntamiento y de la carrera para examinar aspectos relativos a la seguridad de la carrera, que concluye en el parque de El Retiro.