Londres vive el día del padre olímpico en el voleibol

  • El pabellón Earls Court de Londres vivió hoy el día del padre olímpico en el voleibol, que incluyó un enfrentamiento casi parricida y la emotiva escalada de la selección argentina a las gradas al final del partido para encontrarse con sus familiares.

Manuel Pérez Bella

Londres, 29 jul.- El pabellón Earls Court de Londres vivió hoy el día del padre olímpico en el voleibol, que incluyó un enfrentamiento casi parricida y la emotiva escalada de la selección argentina a las gradas al final del partido para encontrarse con sus familiares.

Todas las cámaras estaban atentas al encuentro entre el seleccionador de Australia, el argentino Jon Uriarte, y su hijo Nicolás, que hoy vistió la remera "albiceleste".

Nicolás apenas jugó unos minutos al final del segundo set y poco aportó en la aplastante victoria por 3-0, en la que la principal víctima fue su progenitor, que nada pudo hacer con los mimbres de la selección australiana.

Tras el partido ambos se abrazaron y después desfilaron juntos ante las cámaras y los periodistas para explicar ese momento de "contradicción" que creó "polémica" en su familia.

"Mi mujer estaba preocupada, yo estoy tan feliz. El voley es mi manera de expresarme y de ser feliz en la vida. Mi hijo siguió mis pasos. Eso es grandioso", afirmó Jon Uriarte, con una sonrisa enorme y su hijo al lado en la zona mixta.

Los Uriarte intercambiaron risas, bromas y mensajes de celular provocadores antes del encuentro, según revelaron, aunque en la cancha mantuvieron las formas y se concentraron en el voleibol.

Al finalizar el partido, la selección en bloque se dirigió al fondo norte del Earls Court, saltó las gradas de protección y subió junto al sector del público donde se encontraba la mayoría de sus padres y otros familiares, que viajaron a Londres para brindarles su apoyo.

Entre ellos se encontraba nada menos que Hugo Conte, una leyenda del voleibol argentino, ganador del bronce en Seúl 88 junto a Uriarte, y padre de la estrella de la actual selección, Facundo Conte, de 22 años.

Hugo hoy solo le pasó un mensaje a su hijo: "a disfrutarlo", según desveló el propio Facundo tras haberse abrazado con su padre en las gradas, en el momento más emotivo que se ha vivido en los dos primeros días de voleibol.

"Mi padre guardaba la medalla en su oficina, en una casa que ya no tenemos. Yo cuando era un niño me la ponía al cuello muchas veces y ahora tengo ganas de tener una propia", dijo Facundo.

El último partido programado para hoy también tiene un encuentro padre-hijo, pero más habitual en los últimos años, porque defienden el mismo equipo: el laureado seleccionador brasileño Bernardo Rezende "Bernardinho" y su hijo Bruno.

Bruno debutó con Brasil en 2006, desde 2009 es el colocador titular y ha superado en la cancha a su propio padre, que como jugador era suplente en el equipo que ganó la plata olímpica en Los Ángeles 1984.

Bernardinho siempre tuvo fama de exigente. Grita y se encara con sus jugadores si es preciso, con su hijo no es una excepción sino todo lo contrario, como ambos han reconocido y como siempre se puede ver en cada partido.

En Pekín Bruno jugó, como suplente, en la final en la que Brasil obtuvo la plata y ahora, como titular, aspira a luchar por la medalla de oro.

La única concesión de Bernardinho con su hijo es que le deja que le llame papá, en lugar de Bernardo o "profesor", la palabra de respeto con la que suelen dirigirse los deportistas brasileños a sus entrenadores.

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