Los clubes holandeses siguen en busca de la gloria europea perdida

  • Los clubes holandeses, que en su día fueron locomotoras del fútbol europeo gracias especialmente al Ajax Ámsterdam y al PSV Eindhoven, tienen que enfrentarse ahora con un presente mucho más duro por su incapacidad para competir financiera y deportivamente con los grandes de otras ligas más potentes.

Quedan lejos los tiempos en los que el Ajax conquistó tres títulos de campeón de Europa consecutivos (1971, 1972, 1973) gracias a su fútbol total y al genial Johan Cruyff.

El club de Ámsterdam ganó la Liga de Campeones en 1995, con Louis Van Gaal en su banquillo, siete años después del único título del PSV en la Copa de Europa, en 1988 a las órdenes de Guus Hiddink.

Pero desde entonces, las formaciones del país 'Oranje' han dejado de ser protagonistas en la escena europea.

El PSV es el último equipo en avanzar desde la fase de grupos, en 2007, cuando el club de Eindhoven llegó a cuartos de final.

Este año, el Ajax fue eliminado en la tercera ronda preliminar de la 'Champions' por el Rapid Viena.

Las razones de esta caída en desgracias son, principalmente, de tipo financiero, ya que los clubes neerlandeses no pueden competir con los del 'Big Five' (Inglaterra, Alemania, Italia, España, Francia).

El presupuesto del Ajax, el más elevado de la Eredivisie holandesa, es de 65 millones de euros, la cantidad que pagó el Manchester United recientemente para fichar al holandés Memphis Depay y al francés Morgan Schneiderlin.

El Manchester United es rival en la primera fase del PSV holandés, en un duelo entre dos formaciones con diferencias abismales.

Diez de los dieciocho equipos de la primera división holandesa tienen un presupuesto inferior a 20 millones de euros.

El presupuesto total de los clubes de la Eredivisie holandesa se acerca a 400 millones de euros, el equivalente a los ingresos generados únicamente por un equipo, el Manchester City inglés, en el año 2013, según el gabinete Deloitte.

Esas diferencias presupuestarias están directamente relacionadas con los derechos de televisión, que sólo ascienden a 80 millones de euros por año en Holanda, muy lejos de los 2.300 millones de la Premier League inglesa.

Muy difícil por lo tanto para poder rivalizar con los grandes en el mercado de fichajes.

Si Johan Cruyff fuera futbolista en la actualidad, no hubiera vestido seguramente durante tanto tiempo los colores del Ajax (1964 a 1973, diez temporadas).

Actualmente, cuando un joven talento holandés empieza a destacar es rápidamente captado por un equipo de una gran liga.

El PSV fue incapaz al final del pasado curso de retener a Memphis Depay, fichado por el Manchester United por 27,5 millones de euros, la mitad del presupuesto de los de Eindhoven.

Los clubes holandeses se han especializado en ser clubes formadores y vendedores a las primeras de cambio.

Las perspectivas de ingresos adicionales a los derechos de televisión y las indemnizaciones de traspasos no parecen importantes. Seguramente continuará siendo así mientras la liga holandesa siga siendo un campeonato de segunda fila.

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