Los "diablos rojos" se revelan como un símbolo para Bélgica

  • La selección nacional de fútbol de Bélgica vive una época dorada tras su exitosa clasificación para el Mundial de Brasil y ha contagiado de optimismo a una sociedad a menudo sujeta a debates identitarios.

Javier García Martín

Bruselas, 11 nov.- La selección nacional de fútbol de Bélgica vive una época dorada tras su exitosa clasificación para el Mundial de Brasil y ha contagiado de optimismo a una sociedad a menudo sujeta a debates identitarios.

Los méritos de una nueva generación de 'diablos' como Thibaut Courtois (Atlético de Madrid), Vincent Kompany (Manchester City) o Axel Witsel (Zenit de San Petersburgo) centran hoy día la atención de la prensa internacional ya que forman parte de un combinado llamado a convertirse en la revelación del Mundial de Brasil del próximo año.

A la espera de su confirmación como cabeza de serie para el Mundial, Marc Wilmots prepara ya al equipo para el amistoso del próximo jueves contra Colombia, cuya selección llegará a Bruselas pilotada por la estrella del Mónaco, Radamel Falcao.

Las entradas para ese partido se agotaron en menos de dos horas, según informó la Real Unión Belga de Fútbol.

Los "diablos rojos" han conseguido revitalizar el apoyo de los belgas hacia su selección tras doce años de ausencia en competiciones internacionales.

En los últimos quince meses, el conjunto ha seguido una progresión fulgurante: ha ascendido desde el puesto 53º hasta el 5º en la clasificación de la FIFA y ha superado a históricos del fútbol como Italia o Inglaterra.

Incluso el seleccionador nacional español, Vicente del Bosque, reconoció en declaraciones a Efe que esta selección es un "excelente rival con unos jugadores muy buenos".

"Nunca habíamos visto esta respuesta del equipo nacional", dijo a Efe Michel Dubois, periodista deportivo de 'La Dernière Heure', uno de los principales rotativos valones, y quien señala que la clave de este éxito está en que "muchos de los futbolistas de la selección juegan en grandes clubes europeos, donde han adquirido un nivel de exigencia mayor".

Wilmots "ha creado un buen ambiente entre los jugadores y les ha imprimido espíritu de conquista", opinó.

Por su parte Ludo Vandewalle, jefe deportivo del diario flamenco Het Nieuwsblad, dijo a Efe que el seleccionador posee un carácter "muy directo que los jugadores aceptan" porque recuerdan de él "su capacidad para pelear hasta el último balón y marcar pese a no ser el mejor".

Bélgica jugó el último gran torneo en 2002 y cayó derrotada en octavos ante el Brasil de Ronaldo, a la postre ganador del Mundial.

"Desde entonces, todo fueron decepciones", afirma Vandewalle, "pero hoy tenemos estrellas y muy jóvenes".

Si en 2012 un grupo de hinchas belgas se "vendía" en Internet para apoyar a equipos "más exitosos" en la Eurocopa, el estadio Rey Balduino de Bruselas ha colgado el cartel de completo también para el amistoso contra Japón del 19 de noviembre.

Según la empresa Havas Media, uno de cada tres belgas vio por televisión los dos goles de Romelu Lukaku ante Croacia que clasificaron al combinado nacional el pasado 11 de octubre, mientras miles de personas salían a la calle en todo el país para festejarlo.

Al calor de este masivo respaldo han surgido iniciativas comerciales, como la edición de un cómic inspirado en el equipo que ya ha vendido más de 30.000 ejemplares en el país de Tintín.

"Los diablos rojos son un buen escaparate, pero la base son los clubes locales: Todos los fines de semana se juegan 11.000 partidos en Bélgica", subrayó el dibujante Marc Daniëls en la presentación de su segundo volumen.

Para los grafiteros bruselenses Laurent Paschold y Samuel Idmtal, los "diablos" son un sujeto artístico con el que trabajan desde su taller en el barrio de Saint Gilles.

"Retraté primero a Vincent Kompany porque es una figura muy interesante como futbolista; tiene una posición política muy marcada a favor de una Bélgica unida y federal", señaló Idmtal a Efe, al tiempo que consideró que "este movimiento es fútbol, pero no solo".

Para Beatrice Delvaux, jefa de opinión de 'Le Soir', lo relevante del conjunto "ciudadano, talentoso y diverso" de Wilmots es su capacidad para "conectar con la sociedad belga" y cuestionar la "recurrente división" entre francófonos y flamencos.

"Es difícil clasificar a estos jugadores: son perfectamente bilingües, se han formado en el extranjero y muchos tienen orígenes africanos", apuntó a Efe Delvaux, quien considera que las victorias del equipo contribuyen a "un clima diferente, también en Flandes".

"La gente tenía deseos de victoria y sociológicamente nos da otra perspectiva de país: Ya no solo pensamos en la crisis o en nuestra dificultad para encontrar un gobierno... Por eso hoy vemos la bandera tricolor por todos lados", añadió.

Durante la noche de la clasificación, "juntos" fue la palabra que mayor presencia tuvo en la red social Twitter, según Havas.

Para Vandewalle, ese sentimiento de unidad "es algo que se vive durante un torneo", sin embargo, "ahora lo tenemos nueve meses antes y es un poco extraño".

"Wilmots es valón pero habla tres idiomas y ha jugado en equipos flamencos. Quiere que la selección siga ese camino", señaló Dubois.

"Eso sí", advierte Delvaux, "si los 'diablos' no cumplen las expectativas, todo esto se irá con ellos".

Mostrar comentarios