Los jugadores del Real Madrid se 'pelean' por las entradas para la final

El proceso de reparto de las entradas para la final de la Champions no va ser sencillo en el Real Madrid. No dejará contento a los socios ni a sus aficionados porque al club solo le corresponden 17.000 tickets, pero tampoco a los propios jugadores. Los futbolistas se las quitan de las manos entre ellos mismos. Tienen una gran cantidad de compromisos y las llamadas y los mensajes que reciben en las últimas horas colapsan sus teléfonos móviles. Es uno de los temas que más se habla ahora en el vestuario del Real Madrid. Unos a otros se piden entradas para atender a la petición de familiares, amigos y compromisos de los patrocinadores que les visten, calzan y les tienen como imágenes de sus distintas marcas publicitarias.

Los jugadores esperan que Florentino Pérez pueda llegar hasta las 50 entradas para cada uno. Es una cifra elevada para los cálculos de los dirigentes, que también tienen que atender a los patrocinadores y marcas del club. Incluso los propios directivos tienen sus peticiones. El caso es que los futbolistas, los que han logrado la gesta de alcanzar la final, también están desbordados y necesitan el mayor número de localidades. Se dan situaciones en los que los más veteranos, además de los españoles, tengan que pedir a los más jóvenes y extranjeros que les pasen entradas. Casillas, Sergio Ramos y, no digamos ya Cristiano Ronaldo, que juega en su país, como Pepe y Coentrao necesitan más de 100 entradas para cumplir con sus peticiones. Cristiano Ronaldo puede ser el jugador más agobiado por esta situación en estos momentos.

Esta situación ya se dio en anteriores finales en las que los jugadores del Real Madrid tenían que pedirles a los más jóvenes una parte de sus entradas como favor personal para cumplir con sus compromisos. Aquí entra una especie de mercadeo entre los propios futbolistas e, incluso, los empleados que trabajan en el club, a los que también les llueven las peticiones. Al igual que Ancelotti y Zidane, que también están desbordados de peticiones.