Luisma, el portero que cambió los guantes por ropa de marca y una pasarela

  • En el mundo del fútbol se dice que, al ser una carrera muy corta, es necesario contar con un "plan B" cuando los jugadores se retiran y, aunque suele ser una actividad relacionada con el balón, en el caso del portero Luisma este plan se ha plasmado en cambiar los guantes por el desfile en una pasarela.

Fermín Cabanillas

Lepe (Huelva), 30 ene.- En el mundo del fútbol se dice que, al ser una carrera muy corta, es necesario contar con un "plan B" cuando los jugadores se retiran y, aunque suele ser una actividad relacionada con el balón, en el caso del portero Luisma este plan se ha plasmado en cambiar los guantes por el desfile en una pasarela.

En la mayoría de los casos, los jugadores aprovechan el tiempo que están en activo para, por ejemplo, obtener el título de entrenador o de intermediario futbolístico, pero se trata de actividades que se emprenden cuando el reloj biológico dice que ya no se toca el balón con soltura, lo que, según la posición en la que se juegue, suele ser en torno a los 34 años de media.

Por eso llama la atención la historia de Luis Manuel Cruz, conocido futbolísticamente como "Luisma", guardameta que con solo 23 años ha decidido dejar el fútbol profesional y dedicarse a un trabajo que descubrió hace menos de un año: el de modelo.

Luisma era hasta este viernes portero del CD San Roque de Lepe, equipo de la localidad de la costa de Huelva que milita en el grupo IV de Segunda División B, y ahora ya está oficialmente desligado del club, cambiando las cámaras de fotos de los periodistas deportivos por los "books" de moda de alta costura.

Este joven, nacido en la localidad sevillana de Lebrija, ha pasado por equipos como la Lebrijana de su pueblo natal (Tercera División), y allí se fijó en él el Recreativo de Huelva, del que se desligó en 2013 para llegar al San Roque, pero consciente de que el fútbol no lo es todo, se ha formado como Ingeniero Técnico Agrícola, del que le queda hacer el trabajo de fin de carrera, y es profesor particular.

Todo ello, unido a la llamada que le ha hecho la moda, ha motivado que cuelgue los guantes: "el mundo de la moda es muy intenso, y se trabaja mucho los fines de semana, con lo que mantenerme como futbolista ya era incompatible", explica a Efe.

Y todo fruto, como suele ser habitual, de la casualidad, ya que el pasado marzo de 2014 tuvo su primer contacto con una pasarela, y decidió presentarse a un certamen llamado "Caballero Sevilla", que ganó.

"Ahora tengo que representar a Sevilla en la final nacional, y solo el hecho de acudir a esa cita ya sería problemático para hacerlo compatible con el fútbol", explica.

En poco tiempo han salido muchos pases, esta misma semana ha tenido que ir a Madrid, ha hecho sesiones de fotos, y al final decidió que "tenía que dejar el balón", señala, recordando, además, que en categorías y clubes concretos "el fútbol es inestable", por lo que refiere arriesgarse a dar este paso.

Pese a ello, Luisma no descarta volver en un futuro a ponerse unos guantes, pero la demanda que su trabajo está teniendo en distintos círculos relacionados con la moda hacen prever que se ha perdido un portero pero se ha ganado un modelo.

Su historia recuerda a la de otros deportistas que han coqueteado alguna vez con la pasarela, aunque no a nivel profesional, entre los que se encuentran el actual delantero de la Ponferradina, el cordobés Jesús Berrocal, que en 2009, cuando era jugador del Granada, llegó a desfilar en la pasarela de Milán, aunque nunca ha abandonado su carrera deportiva.

Curiosamente, Berrocal fue también jugador del San Roque, igual que Carlos Peralías, natural de la localidad sevillana de Olivares, que dejó el fútbol para dedicarse a su carrera de modelo y cantante, y actualmente triunfa con su tema "Ni contigo, ni sin ti", otra prueba de que la vida no termina cuando el árbitro decreta el final del partido, ni cuando el cuerpo decide dejar de recorrer la hectárea de superficie del terreno de juego de fútbol. EFE

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